Las flechas de Cupido (concurso de relatos breves San Valentín 2014)
Somos tan extraños que
preferimos tener un día para el amor en vez de 365 días al año ...hasta que no den el primer paso no vamos a dar el segundo
...confundimos diariamente las palabras gustar, querer y amar ...nos conformamos con una buena noche de sexo antes que un amor para toda la vida.
no le tenemos miedo al amor sino al olvido.
cuando queremos olvidar solo conseguimos recordar más.
sentimos celos cuando no estamos seguros de nada.
ignoramos a las personas para ver si estas nos hacen más caso.
nos gusta gastar caracteres mientras pensamos en alguien.
...nos mirarnos tras la pantalla en vez de a la cara.
...preferimos soñar despiertos con la persona que queremos a nuestro lado en vez de plantarnos y decirle lo que sentimos.
cada noche nos abrazamos a algo imaginando que será ese alguien especial.
nos pasamos la vida planteándonos si las casualidades existen o no y por esta razón, muchas veces nos olvidamos de que la palabra corazón lleva consigo la razón.
decimos tener mariposas en el estomago cuando solo estamos ilusionados.
las personas que dicen: Yo no estoy hecha para el amor acaban encontrándolo antes que las que llevan toda su vida soñando con él.
rechazamos a quien de verdad siente algo por nosotros para irnos con el que no siente nada.
aunque sepamos que no compartimos los mismos sentimientos decidimos engañarnos a nosotros mismos.
nos empeñamos en querer solo a una persona cuando existen infinitas para amar.
nos sentimos culpables al decir lo que pensábamos.
decimos que somos capaces de soportarlo todo y luego no aguantamos nada.
las verdades nos duelen pero las mentiras nos matan.
preferimos mentir a decir la verdad.
nos maquillamos para esconder nuestros defectos en vez de mostrarnos tal cual somos.
preferimos seguir con la rutina para no estropear nada.
tenemos miedo de cambiar por miedo a no encontrar algo que merezcamos.
apenas nos reconocemos cuando ha pasado el tiempo.
decidimos cambiar para gustar más.
hasta que no consigamos querernos a nosotros mismos jamás llegaremos a sentir más que admiración hacia alguien.
lo comparamos todo para ver si estamos yendo por el buen camino.
nos juntamos para ver si podemos entendernos.
necesitamos comprar algo para demostrar lo que sentimos.
no sabemos lo que comprar.
nos conformamos con poco pero siempre queremos más.
compartimos una parte de nosotros y no todo lo nuestro.
queremos que nos aconsejen, para luego, no hacer caso a lo que nos dicen.
todo lo que aconsejamos no lo ponemos en práctica.
de alguna manera u otra acabamos sintiéndonos identificados con cada nuevo libro leído, cada película o cada simple canción.
nos torturamos con canciones sentimentales cuando estamos tristes.
queremos un final de película y no nos damos cuenta de que las películas acaban pero la vida sigue.
muchas veces preferimos leer la palabra Roma al revés.
decimos morir de amor pero a la hora de la verdad nadie se muere.
decidimos culpar antes que admitir nuestra culpabilidad.
preferimos no sentir nada cuando queremos un todo.
nos comunicamos con diminutivos con las personas más grandes.
preferimos mandar indirectas en vez de directas.
solo nos percatamos de las cosas cuando ha pasado el tiempo.
preferimos decir hasta luego en vez de adiós con la esperanza de volver a ver a esa persona.
nos ceñimos al prototipo de amor en vez de inventar uno propio.
Somos tan extraños y a la vez tan corrientes
que a veces simplemente pienso en cómo sería realmente ese sentimiento si no hubieran inventado eso a lo que llaman amor, si Cupido no nos hubiese lanzado las mismas flechas a todos.