Macro-concierto con mini-asistencia
Una lástima. Éste era el sentimiento generalizado al comprobar la escasa asistencia de público al concierto organizado por el ayuntamiento en la plaza de toros portátil, que deberá obligar a replantearse este tipo de iniciativas, ya que, de unos años a esta parte, ninguno de los conciertos organizados en Villena ha cubierto las expectativas.
¿La coincidencia con el concierto de los Pasodobles? ¿Con una fiesta en La Troya? ¿La cercanía de los exámenes universitarios de septiembre? ¿El precio de las entradas? ¿El cartel? ¿La actuación de Krakovia en Yecla, gratuita, hace tan solo unos meses?... Posiblemente la suma de todos estos factores dio como resultado el fiasco del concierto pop-rock organizado por el ayuntamiento como anticipo de nuestras fiestas, y es una verdadera pena, porque lo cierto es que la organización en el recinto era perfecta: un gran escenario con equipos más que sobrados de iluminación y sonido, unos camerinos perfectamente habilitados, presencia más que suficiente de efectivos de seguridad, Protección Civil y Cruz Roja, una buena barra, aseos adaptados para minusválidos, facilidad de aparcamiento en las inmediaciones, etc.
Frío inicio
No obstante todo ello, lo cierto es que la escasísima venta de entradas anticipadas ya dejaba entrever lo que iba a venir el viernes. A las 10, hora prevista de inicio, no había entrado nadie a la plaza, lo que obligó a retrasar las actuaciones, mientra que Chema Rey, DJ de Radio 3, pinchaba ante una plaza desierta. No pudiendo retrasar más el comienzo, salía al escenario el grupo Virus, que actuaba ante algunos amigos, el personal de las barras y los primeros asistentes, que poco a poco iban llegando al recinto. Quizá por solidaridad, músicos del resto de grupos asistían igualmente al concierto, en el que la banda barcelonesa, actuando con total profesionalidad algo realmente difícil ante un aforo prácticamente vacío, sorprendió con su contundente puesta en escena y la energía que desprende su directo.
La cosa se anima
A continuación les llegó el turno a Humano, que tuvieron la suerte de ver incrementada la asistencia, pues a lo largo de su actuación fue llegando el grueso del público la gente iba llegando según terminaba de cenar, esperando la actuación, en tercer lugar, de Ingresó Cadáver. La banda granadina, con su mezcla de pop, rock y programaciones electrónicas, fue caldeando el ambiente gracias a un directo fresco y enérgico y a la actuación de su potente vocalista, igualmente entregado a pesar de que entre el público cundía la indignación, porque comenzaba a conocerse la exagerada actuación policial que estaba teniendo lugar en el exterior del recinto.
Llega el plato fuerte
Al fin, tras más de tres años de ausencia de los escenarios villenenses, hacía su aparición Ingresó Cadáver, que durante las últimas semanas se ha trabajado muchísimo el concierto para recuperar la forma, lo que sin duda alguna han conseguido. Pletóricos de fuerza, con un José Antonio volcado como en los mejores tiempos, la voz a punto y sin dejar de dar saltos ni guiar al público con sus comentarios y dedicatorias, fielmente acompañado en los coros por Juanjo, que con su bajo completaba la potentísima base rítmica de David y Rafa, los Ingresó nos propusieron un viaje en el tiempo, acompañados por las espectaculares videoproyecciones de Manolo Soler, que comenzó con los temas de su último trabajo, El hombre comestible, pasando después por Armas de casa y rematando la faena con los clásicos de su ya mítica maqueta, que pusieron a saltar a un público entregado para el que se reservó un final muy especial de la mano de El espermatozoide nuclear.
Entonces, Juanjo Reig cambió el bajo por la guitarra e hicieron su aparición en escena los componentes de Krakovia, que dieron buena muestra de los motivos por los que se han convertido en el grupo revelación del año. Una base potentísima el bajo y la batería de los paisanos Javier Geras y Rafa Ferrándiz unidos a los programaciones de David Kano, dos guitarras potentes e incisivas Guille Mostaza y Juanjo y el show de los vocalistas Petra Flur y Vinila von Bismark, dos auténticos actores que se complementan a la perfección y ofrecen un show en el que esta última, con su estética de pin-up, juega con el público, provoca y sugiere, ofreciendo el contrapunto perfecto a la contundencia del sonido de la banda. Así, sin apenas concesiones a la galería y empalmando uno tras otro todos los temas de su álbum de debut, Road Movie, Krakovia se metió en el bolsillo a un público que acabó saltando y cantando al escuchar una impagable versión de Un día en Texas, de Parálisis Permanente.
Final de fiesta
Y aún quedaba la actuación de los bilbaínos Standard, que tuvieron que luchar contra los elementos. Tras más de 4 horas de conciertos, muchos de los presentes abandonaron el recinto tras ver las actuaciones de Ingresó Cadáver y Krakovia, y además comenzaba a dejarse sentir el frío. No obstante, pudimos disfrutar del concierto de una banda que con su música indie-rock tamizada por la electrónica sorprendió a los presentes con unos temas que en algunos momentos recordaban los últimos trabajos de U2.
Se puso así punto y final a una noche que deberá abrir paso a la reflexión sobre el futuro de este tipo de actividades, muy costosas económicamente y con un retorno siempre inferior al esperado. No obstante, es de agradecer la calidad del montaje y la profesionalidad con la que se desempeñaron todos los grupos, pues aún a pesar de lo difícil que es trabajar en un ambiente tan poco propicio, dieron todo de sí para complacer a quienes seguimos viendo en la música un directo una perfecta alternativa de ocio a la música enlatada de la mayoría de fines de semana del año.
Nota: Pinchando la "Noticia Relacionada" podrán ver muchas más fotos del concierto y los asistentes.