Málaga, de Lukas Bärfuss, un thriller lleno de tensión e intriga en el Teatro Chapí
El dramaturgo suizo Lukas Bärfuss, una de las voces más sólidas e interesantes del teatro actual, pone en escena esta profunda reflexión sobre la responsabilidad y la culpa. Bajo la dirección de Aitana Galán y con un elenco de actores curtido en cine, teatro y televisión Roberto Enríquez, Ana Wagener y Críspulo Cabezas, la función que, se estrenó el 9 de marzo en Avilés, lleva dos meses de gira. La cita es el viernes 11 de mayo a las 2200 h, costando las entradas entre 10 y 15 euros.
Málaga comienza en tono de comedia, mordaz e irónica pero comedia al fin y al cabo. Arranca sonrisas e incluso carcajadas en las primeras escenas para adentrarse después, sin piedad, en un universo de relaciones enfermas y de egoísmos negados. Una pareja rota se enfrenta al dilema de con quién dejar a su hija de siete años el fin de semana que ambos tienen comprometidos y en el que la niñera habitual está enferma. La madre tiene un viaje de placer y el padre un viaje de trabajo, ninguno quiere renunciar a su libertad individual y dejan a la pequeña con un vecino adolescente fascinado por el cine. De forma sorda, imperceptible, se fragua la tragedia.
Tres actores frente a un reto
El trío actoral ha afrontado la función fascinado por una propuesta poco común: la de un autor que no saca conclusiones, sino que muestra un universo de personajes y deja al espectador frente al dilema. Para Críspulo Cabezas, el más joven del reparto, el texto de Málaga pone en tela de juicio este maravilloso mundo, donde se olvidan los factores más básicos de nuestra vida, como son las responsabilidades, al tiempo que toca temas tan importantes como la incomunicación.
Para Roberto Enríquez, Bärfuss es un autor profundamente inteligente, que deja al espectador espacio, no lo da todo mascado, que habla de gente que a veces van de progres y liberales y cuando surge el conflicto aparecen sus perjuicios y su verdadera cara, una sociedad enferma de afectos.
Por su parte, Ana Wagener, que poco antes del estreno obtuvo un Goya a la mejor actriz de reparto por La voz dormida, se ha encontrado especialmente atraída por todo lo que hay detrás de esta función, lo que no está escrito, pero que lo ves, lo vas descubriendo, capas y más capas debajo de la impresión inicial. Porque el teatro de Bärfuss disecciona la sociedad actual, la analiza acercando una lupa sobre comportamientos cotidianos y poniendo el dedo en la llaga de las relaciones humanas en el siglo XXI. Luego, tras la función, es cuando el espectador digiere la propuesta y saca sus propias conclusiones.