Opinión

11 llamadas sin respuesta a la Policía por un problema en el departamento de Informática del ayuntamiento

Es difícil catalogar la situación por la que tuve que pasar ayer, pues calificarla de surrealista queda corto ante tanto desatino, sobre todo cuando tienes los nervios a flor de piel al ver a un familiar desplomado en el sofá tras haber sufrido un desvanecimiento.
Tras ver a su madre desvanecida de repente ayer por la tarde, mi señora llamó al 112. La persona que atendió la llamada, como eran las 16,45 horas, le dijo que debía ponerse en contacto con el Centro de Salud nº 1, al que pertenece mi suegra por vivir en el casco antiguo. Vuelta a llamar por teléfono, pero allí le dijeron que debía de llamar al Centro de Salud nº 2 por encontrarse la paciente en mi domicilio, en otra zona de la ciudad, y hasta que se puso el doctor al teléfono el tiempo iba pasando y la incertidumbre sobre el estado de salud de mi suegra iba en aumento, pues continuaba desvanecida y no respondía a palabra o gesto alguno.

Visto que nadie hacía caso a las llamadas de mi esposa, intenté ponerme en contacto con la Policía Local para ponerles sobre aviso de esta circunstancia y así, en caso de tener que tomar alguna acción en contra de la “rapidez” del servicio 112, pudiese constar mi denuncia en el parte de la Policía, o por lo menos en la grabación de las llamadas. Pero sorpresa la mía cuando después de hasta 11 llamadas no pude ponerme en contacto con la Policía Local, pues según me contaron posteriormente, el teléfono llevaba casi dos horas sin servicio.

Al preguntar por este problema, que deja a los ciudadanos sin poder avisar a la Policía en caso de alguna urgencia o cualquier otro tipo de problema, por grave que pueda ser, me contaron que tanto los sindicatos como el concejal de Policía se habían puesto en contacto con el alcalde, esa misma mañana, para denunciar la deficiencia que se estaba produciendo en el departamento de Informática del ayuntamiento, que por momentos dejaba sin servicio de internet al consistorio, especialmente a la Policía Local, cuyo sistema de telefonía opera sobre la intranet municipal. La situación llega hasta el punto de que en numerosas ocasiones los agentes de Policía están haciendo uso de sus móviles personales para labores propias de su desempeño profesional.

Resumiendo, la “broma” comenzó con el absurdo protocolo del 112 a la hora de determinar qué centro de salud debía atender la urgencia y continuó con la constatación de que los problemas informáticos del ayuntamiento pueden dejar desasistido durante horas el teléfono de uno de los servicios más necesarios para los ciudadanos, sobre todo de aquellos que están pasando un mal trago y no saben a quién recurrir. El remedio, al final, una valeriana para calmar los nervios ante un susto agravado por la inoperancia de algún político o funcionario municipal.

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