Verdes

20 de noviembre: Día Internacional de la Infancia

El 20 de noviembre se conmemora la fecha en que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. Por ello, el 20 de noviembre ha pasado a ser el Día Internacional de la Infancia, momento de reflexión obligada sobre la situación de las niñas y los niños en el mundo.
Este año, el símbolo que recoge a un tiempo la mezquindad y el espíritu de superación del ser humano es la niña paquistaní Malala Yousafzai. Como todo el mundo sabe, esta muchacha de apenas 14 años recibió un disparo que le atravesó la cabeza y el cuello por parte de los radicales talibanes. Su delito: su activismo a favor del derecho a la educación de las niñas de su país. Afortunadamente, Malala sobrevivió a tan salvaje atentado y ahora se recupera en Reino Unido, aunque sigue amenazada de muerte. El portavoz talibán Ehsanullah Ehsan se justifica argumentando que Malala “es el símbolo de los infieles y la obscenidad”.

En nuestro país, por fortuna, la situación es bien diferente, y es inimaginable una situación parecida. No obstante, tampoco podemos sentirnos del todo satisfechos, ya que en el escenario de crisis actual, son precisamente los niños y niñas los más vulnerables. Según los datos correspondientes a 2011 publicados por Eurostat, en ese año 80.000 niños y niñas han engrosado la cifra de pobreza infantil. Unicef España estima en 2.267.000 el número de menores de 14 años que viven por debajo del umbral de la pobreza, alcanzando la alarmante cifra del 27,2% sobre el total de la población de esa edad. A nadie se le escapa que los datos de este año no van a ser mejores.

Pero hay más. En la Convención sobre los Derechos del Niño (jurídicamente vinculante para los Estados firmantes) se recogen aquellos aspectos a proteger en los niños y niñas para obtener “un modelo para la salud, la supervivencia y el progreso de la sociedad”. Además de la estabilidad económica y la seguridad jurídica, la Convención destaca aspectos como la sanidad, la educación o la calidad de vida, claramente mermados tras los recortes de los últimos años, como factores determinantes para el desarrollo de los más pequeños. El cierre de la única unidad de cirugía cardiaca infantil de las Islas Canarias o la drástica reducción de las becas para libros en casi todas las comunidades autónomas son dos ejemplos claros de lo que nunca debió ocurrir.

El movimiento Verde insiste mucho en el tipo de planeta que le estamos dejando a nuestros hijos e hijas. Hoy merece la pena incidir en qué tipo de hijos e hijas estamos dejándole a nuestro planeta. Los hombres y mujeres del mañana han de estar en mejores condiciones de las que están quienes ahora tenemos el objetivo de formarles; es lo razonable y lo deseable. Y estamos en unas condiciones infinitamente mejores que Malala para conseguirlo. Ella a punto ha estado de dejarse la vida en la reivindicación de su derecho a estudiar, que en definitiva es el derecho a la igualdad de oportunidades. Haciéndolo ha conseguido generar un debate en Pakistán que ha puesto contra las cuerdas a quienes defienden la idea de que es mejor no mandar a las niñas a la escuela. Nuestros hijos e hijas quizá no saben quién es Malala, pero su gesto puede serles de gran ayuda. Solo falta que padres y madres estemos a la altura.

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