Fue un mes de marzo, hace treinta años, cuando dejó su preciada Madre, La Tierra. Aunque yo llegué al mundo más tarde y conocí su legado en su 25º aniversario, averigüé que tuvo un impacto mediático en la sociedad tan relevante que hoy, tres décadas más tarde, hay muchas personas que siguen sus pasos, que irradian pasión por la naturaleza.
Seguro que todos tenemos en mente la sintonía de Antón García Abril, al lobo en el atardecer del páramo o a aquella rapaz arrastrando un carnero por los acantilados. Hizo lo imposible con tal de transmitirnos su mensaje casi desesperado de que tenemos que conservar los animales y las plantas que nos rodean. Félix Rodríguez de la Fuente logró que su eterno mensaje llegara a todos los hogares de España y el mundo entero. Gracias a los documentales y sus colaboradores, los Campamentos de Montejo (Segovia) con la ayuda de Carlos de Aguilera, despertó la pasión por la naturaleza en muchos niños y niñas que hoy día, son grandes naturalistas, como Juan Carlos del Olmo (Director de WWF/España) y Luis Miguel Domínguez (naturalista y productor de documentales).
A mí, me gusta recordar una expresión que publicó en el ABC en 1979: Todos debemos ir engrosando ese pequeño ejército, ¡que el día de mañana se considerará un ejército heroico!, mucho más de los que lucharon con armas en la mano: el ejército de los que un buen día dijeron que había que hacer algo para proteger a una Madre que no se queja, que nos ha dado todo lo que tenemos, ¡y a la que estamos matando !
Ya es hora de que el ser humano, despierte de su incansable letargo y decida actuar para conservar los bosques, animales y plantas que le rodean. De lo contrario, pronto se arrepentirá.
Fdo. Rubén Hernández Romero
