35 minutos de buen hacer no le bastan al V-74 para derrotar al Muchamiel
Sensación amarga tras jugar bien la mayor parte del encuentro pero tirar todo por cinco minutos de despiste y descontrol
Se marcaron algunas diferencias con respecto a encuentros anteriores, en esta ocasión se comenzó bien, anotando en un ritmo normal y sobre todo por encima del rival, cosa que no se había vivido en ningún partido de la temporada.
Así, nuestros chicos del V-74 Grúas García marcaban una diferencia positiva en el marcador de cuatro puntos al finalizar el primer cuarto, y sobre todo mantenían sobre la cancha un juego que daba a entender que las posibilidades de victoria para ese día eran reales y suficientes.
El segundo cuarto fue mucho más igualado, con la desgracia de que los más acertados desde la línea de 6,75 fueron los jugadores visitantes. Durante toda la primera parte se ve un encuentro muy igualado, valorando que en los pequeños detalles puede estar la resolución final.
Con el inicio del segundo tiempo aparecieron todos los fantasmas de inicio de juego del V-74, un parcial de (3-16) durante escasos cinco minutos decanta el marcador en cantidad suficiente para parecer que el partido estaba definido, pero no estaba todo dicho.
Los quince minutos restantes de encuentro fueron un derroche de garra y ganas por parte de los locales. Fuerte defensa caracterizada por el derroche físico y la anticipación llevaron a conseguir muchas canastas de factura rápida que ajustaron el marcador hasta el punto de considerar posible la remontada situando la desventaja en guarismos inferiores a los siete puntos, pero un par de jugadas de escasa fortuna llevaron de nuevo el marcador a los míticos diez puntos, que daban seguridad al equipo de Mutxamiel, que orientaba más su juego al paso del tiempo que a la consecución de ataques favorables, como así le beneficiaba esta circunstancia.
Así se llegaba al final del partido, con 62-72 en el marcador y con la sensación de estar mucho tiempo remando contra corriente para terminar ahogados en la orilla. La sensación amarga de jugar bien la mayor parte del encuentro pero tirar todo por cinco minutos de despiste y descontrol.