70 días de gobierno
El tiempo vuela, y en pleno verano parece que cuesta enterarse de lo que ocurre en política. Quizás porque no ocurre prácticamente nada. Arrancar una maquinaria opaca al servicio del poder económico como son los Ayuntamientos y CC.AA., donde había estado gobernando el PP en la mayoría de ocasiones, requiere tiempo de adaptación. Sin embargo, es fácil notar el cambio: políticas sociales y escucha a la ciudadanía desde lo público.
El voto de castigo al PP ha llegado (y lo continuará haciendo) por creer que siempre lleva la razón aunque la opinión pública le diga lo contrario. De qué sirve que suba el PIB (aunque la verdad sea que es varios puntos menor hoy día que cuando cogió el gobierno en 2011) si luego no se reparte en beneficio de todas las personas.
Cada día nos hacen tragar junto a la comida datos y datos que solo repercuten en beneficio del gobierno, es decir, del PP, pero lo importante está en los datos que se nos ocultan: caída del gasto en políticas sociales, en I+D+i, menores prestaciones sociales, subida de pensiones más baja que en los años anteriores al PP, crecimiento insostenible de la deuda pública por encima del PIB... por no hablar de los datos que aportan las asociaciones sociales sobre pobreza, exclusión social, trabajo precario o pérdida de calidad de los servicios públicos. Y si te quejas, Ley Mordaza. Vuelvo al tema que nos ocupa, que temo decir cosas de las que me arrepienta.
Un empequeñecido pero resistente PSOE ha vuelto a parlamentos y ayuntamientos con la compañía de Podemos, IU, Ciudadanos, Compromís... mientras en algunos ayuntamientos que se atrevieron a presentar verdaderas candidaturas de unidad popular incluso pudieron prescindir del PSOE o dejarlo en segundo plano.
La experiencia, según socios políticos, es muy dispar. Ahora Madrid consigue paralizar 220 desahucios y la venta de 2.000 viviendas sociales a fondos de inversión. PSPV y Compromís pagan las ayudas retrasadas desde 2011 a la dependencia, y otras ayudas bloqueadas, como las destinadas a vivienda. Barcelona en Comú apuesta por mejorar la calidad del turismo reduciendo sus impactos medioambientales. Hay un frente común antiaplicación de la LOMCE.
En Ayuntamientos se reducen día tras día gastos superfluos: en eventos dirigidos a las élites, en eventos taurinos, en salarios a políticos, en cargos de confianza, en contratos públicos, paralización de construcciones o en órganos consultivos por poner unos ejemplos. Eso sí, los cambios son más palpables cuando el PSOE no tiene mayoría absoluta, sino que es socio obligado o no está, demostrando que existe la buena gestión política más allá del bipartidismo y los partidos bisagra.
La forma de dirigirse a la ciudadanía y a los otros partidos políticos también han cambiado: la información de los plenos y de las políticas a efectuar sale a las plazas, se abren al público las instituciones, se agiliza el trato y las reuniones con los actores sociales. Las políticas se consensúan con los otros partidos políticos, hay diálogo donde antes solo había enfrentamiento. El balance es positivo pero todavía hay mucho que pulir y errores de los que tocará aprender.
Quedan incógnitas por resolver, pero no hay duda: los nuevos gobiernos están haciendo una buena labor gestora y, además, pedagógica en valores como la austeridad bien entendida, la tolerancia, la solidaridad y la ética. Todo listo para gobernar las Cortes Generales.