A estas alturas
A estas alturas les puedo asegurar que me encuentro totalmente alejado de ciertas realidades. Y si antes de que se me olvide debo felicitar a Eleuterio Gandía, a Miche y al Aula de Percusión de Paco Cherro y Gaspar Martínez, cada cual por diferentes motivos que ya deberían ustedes conocer a toro pasado alguno de ellos, no me voy a propagar en cuanto al resto de actividades culturales que todavía tienen que llegar. Ya les dije que mi cabeza ahora está en otra parte, probablemente en unas islas a las que todavía no tuve el placer de presentarme.
Y es que a estas alturas todavía me quedan restos quien sabe si de emociones, de alcohol o de cualquier otra cosa de la deseada jornada de convivencia, comida si lo prefieren, realizada con motivo del cierre de venta del libro de AFD (Andrés Ferrándiz Domene), del que apenas quedan unos cuantos ejemplares (atención despistados/as: ¡sólo unos cuantos ejemplares!). La comida a que nos referimos, pensarán cuantos apenas echen cuentas, debió celebrarse hace ya tiempo, pero así pueden ustedes imaginar cómo andamos de liados para tener que retrasarla casi un año puestos a ser exagerados. A tal evento, se lo aseguro, nos hubiera encantado convocar a mucha gente, pero el protocolo establecido cerró pronto la lista de personas, personalidades y personillas invitadas. Y si bien no hubo música festera más que para las palabras que AFD nos dedicó al inicio de la comida, ni hubieron partidas de truque o dominó, tuvimos la suerte de contar con destacados músicos villeneros que alegraron la tarde con temas de aquellos míticos grupos de los ochenta que gracias al mercadeo discográfico son también ahora míticos y más adinerados.
Y aunque el mismo AFD pasó un día agradable en la falda de la montaña junto a todo el equipo editorial, entre otros comensales, no hubo forma de conseguir convencerlo para que se pusiera manos a la obra en el próximo proyecto que él mismo comenzó y al que nosotros empezamos a dar forma con la idea de simplificar y facilitar la acometida: La Historia de Villena según AFD. Si digo esto no es sólo para intentar presionar al interfecto sino para instarles a ustedes, queridas personas, a reclamar dicho volumen. El tiempo pasa y AFD deja sus ratos libres entre intentos de tocar el tema de El golpe en una pequeña pianola electrónica, y el visionado de un paquete de vídeos iraníes que compró por fascículos. Desde estas páginas, AFD, si todavía me lees, quiero volver a insistir, quiero poner todos mis recursos a tu disposición, quiero dejar patente ante toda nuestra ciudad mi deseo de que te pongas en marcha para que nos vuelvas a regalar una sonrisa con tus letras. Un saludo.