A modo de despedida
Soy Federico Martínez Pastor, médico hasta hace poco del Centro de Salud Villena I. El motivo de este escrito es, sencillamente despedirme al no poderlo hacer de forma personal de todas aquellas personas que he conocido durante mis casi 10 años de actividad profesional en Villena: desde mis pacientes (que en ocasiones han tenido que sufrir mis contrariedades; es que usted siempre va con prisas, está usted tan ocupado...) hasta mis compañeros de trabajo y amigos diversos que he ido cosechando durante todo este tiempo.
Han sido 10 años de trabajo en la esfera asistencial. Llegué a Villena, junto a la doctora y amiga Raquel Esquembre, con un contrato de tres meses de duración, que como pueden comprobar se ha dilatado hasta el momento actual. Más tarde me ofrecieron la responsabilidad de la gestión del Centro de Salud I y la he ejercido durante 6 años. Seis años de trabajo y dedicación, con el único objetivo de ofrecer la mejor asistencia sanitaria a este pueblo de Villena. Siempre mis prioridades y las personas que bien me conocen corroborarán tal hecho han sido los ciudadanos, particularmente los que necesitaron asistencia médica, intentando siempre con un trato exquisito y educado, humano y empático, resolver sus problemas que en ocasiones transcendían la mera esfera asistencial.
Por otro lado, no puedo dejar de referirme a todos mis compañeros de trabajo, desde los celadores hasta los médicos y enfermeras, a todos. Compañeros del trabajo diario, de la responsabilidad de cuidar de la salud de nuestros vecinos. Hemos conseguido entre todos contar con uno de los mejores centros de salud de nuestro departamento. Puedo afirmar, que el ciudadano de Villena se puede y debe sentir orgulloso de su Centro de Salud y de los profesionales que en él trabajan. Estoy seguro que aún queda mucho camino por recorrer, que se puede mejorar continuamente, y que seguramente mejoraremos. Pero la actividad en el campo de la salud es difícil, en ocasiones poco valorada, es un trabajo continuo, del día a día y de plena dedicación e implicación, de pequeños actos que se van sumando unos a otros, hasta convertirse en todo un referente de servicio público a la comunidad a la que nos debemos, y razón de ser de nuestra existencia.
Antes de terminar, quiero nombrar especialmente al Servicio de Pediatría de este centro, en muchas ocasiones tan criticado y mal enjuiciado desde diversos medios de comunicación. Debo afirmar que, como médicos de familia, están capacitados para tratar a la persona en toda su biografía vital, desde que nace hasta la senectud. Estos médicos, responsables de la salud de los más pequeños, han llegado hasta a renunciar a sus vacaciones estivales para no dejar el servicio descubierto. En todo momento, desde el punto de vista profesional, su praxis médica ha sido correcta, con una amplia capacidad resolutiva; los errores médicos han sido prácticamente anecdóticos. Por todo esto y por su dedicación al niño, debemos estarles todos agradecidos, desde los gestores sanitarios hasta los padres de los niños que han necesitado asistencia tanto desde la esfera curativa como preventiva.
No quiero dejar de recordar aquí a una persona entrañable, tanto desde el punto de vista profesional como humano, que nos dejó de una forma prematura e injusta: Paqui Flor, enfermera donde las haya. Va por ti mi más sincero recuerdo.
Y para terminar, debo dar las gracias a las personas de Villena que han depositado en mí la confianza para con su salud, que me han hecho partícipe de sus problemas y han confiado en mi persona para resolverlos. Y si en ocasiones no he estado a la altura de las circunstancias, desde aquí debo decir que lo siento. Siempre estaré en deuda con este pueblo. Como un día llegué cargado de ilusiones, hoy me voy con la sensación del deber cumplido y de haber realizado un buen trabajo para los vecinos de Villena. Salud.
Fdo. Federico Martínez Pastor