Cultura

A propósito de Bassi

Dada la crítica suscitada por la inminente actuación del cómico y bufón Leo Bassi en nuestra ciudad, creo que es oportuno tomar el tema antes de que se nos vaya de las manos –es broma, supongo–.
Pero antes de hablar de la polémica me gustaría, ya a toro pasado, destacar el concierto homenaje a Georges Brassens que se ofreció el pasado jueves en El Túnel. Un recital cercano y divertido, con partes emotivas, que descubrió o redescubrió el trabajo del cantautor francés al público asistente a través de un recorrido cronológico de su obra. Gracias a ello, algunos descubrimos con cierta sorpresa en Brassens la autoría de temas tan conocidos como Marieta o La mala reputación. Es de desear que volviera a repetirse el evento ya que con su justa publicidad atraería un público más numeroso que no tuvo conocimiento del evento.

Y pasando ya al tema en cuestión, la representación de La Revelación de Bassi, creo que lo oportuno será comenzar respondiendo a algunas cuestiones que han sido planteadas a través de los foros de este medio. En primer lugar, atendiendo a la acusación de oportunismo y/o sensacionalismo, tendríamos que remitirnos a la carrera del autor tanto como a la idiosincrasia de su personaje –el bufón–. Conocemos el trabajo de Bassi por la denuncia continua que recoge en todos sus trabajos: especulación, abusos democráticos o lavados de cerebro por parte de la televisión y los medios; tal denuncia obviamente afecta a la clase política, a grandes empresarios/as, a nuevos y nuevas ricos y, cómo no, a la iglesia –institución por otro lado que siempre ha estado presente en sus espectáculos–. Y es en clave de bufón, ese personaje grotesco que recordamos siempre al lado de un rey, con una parte divertida y circense, y otra maquiavélica y descarada, que él ha conseguido modernizar, adaptar a nuestros tiempos, como realiza su crítica, su trabajo. Como bufón, aquel que nos hace reír y que nos dice lo que no queremos oír.

Por otro lado se comenta lo poco apropiado de la fecha para la representación dada la cercanía de la Semana Santa, en Viernes de Dolores. Tema que bien se puede saldar con no asistir a la representación, que se realiza a puerta cerrada y con venta de entradas. Si bien hubiera servido para dar un argumento menos a quienes ven una provocación en algo que no conocen, tampoco hubiera restado importancia al asunto para quienes lo ven de forma negativa. La libertad de expresión nos trae estos disgustos, tal y como el propio Bassi se ha encargado de exponer en alguno de sus espectáculos. Unas veces toca a una parte, otras veces toca a otra, pero no deja de tratarse del ejercicio de libertad al que todos y todas tenemos derecho.

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