Apaga y vámonos

A remolque del PP

Nunca he sido –ni soy– partidario del proyecto de la plaza de toros desarrollado por el Partido Popular –“Que la dinamiten”, titulé una columna–, pero jamás le discutiré al PP su absoluta legitimidad democrática para desarrollar la idea con la que ganó de calle unas elecciones, una idea que está a punto de plasmarse entre los aplausos de los partidarios y las críticas, cada vez más ridículas, de la oposición.
Una vez abiertas las urnas del 27 de mayo de 2007 y conocido el respaldo ciudadano al PP, la oposición al proyecto debería haber quedado reducida a la supervisión del proceso administrativo seguido desde entonces. Sin embargo, cada fase de esta larga carrera ha traído consigo unas críticas que, vistas con la perspectiva que dan los cuatro años de legislatura, dejan en evidencia el papel de una oposición que, en este caso, siempre ha ido a remolque del PP.

Se presentó un 16 de mayo el famoso DVD de la plaza, y en apenas 24 horas llegaron las primeras respuestas, que no solo hicieron referencia a la virtualidad de un video que “nunca llegaría a ser realidad”. El PSOE, fallando el tiro, puso en duda la capacidad de Diputación para subvencionar el proyecto, mientras que Los Verdes seguían reivindicando un centro de ocio al que ellos mismos dieron la puntilla un mes antes de las elecciones. En julio vinieron a Villena los dos Camps –Francisco y Gerardo– a firmar el convenio por el que la Generalitat se comprometía a financiar la obra, y tanto Carlos Beltrán como Cate Hernández volvieron a poner en duda que se cumpliera lo que se acababa de estampar negro sobre blanco.

Después llegó el momento de meterse con la famosa “ortodoncia” –aquel andamiaje que sostuvo el coso– y cuestionar su coste, e incluso el intento de rentabilizarlo insertando publicidad para que el cargo a las arcas municipales fuera menor. No obstante, se seguía trabajando, y el 24 de abril de 2008 el Pleno aprobaba el convenio con la oposición de PSOE y Verdes, que pedían invertir ese dinero en un soterramiento que nadie sabía cuánto costaba, argumentos que repitieron ampliados en agosto de 2009, cuando el Pleno adjudicó definitivamente unas obras de las que se ha cuestionado permanentemente su financiación, idoneidad, seguridad, ritmo, horario…

Y ahora que el DVD se ha hecho realidad, que la plaza se va a inaugurar y que Valencia –lento, cierto es– va pagando poco a poco certificaciones, ¿qué le queda a la oposición? Yo pienso que una oposición seria exigiría al PP la realización de un proyecto de explotación o un Plan de Viabilidad para el recinto, buscando recursos económicos internos y externos para sostener una programación coherente que diera respuesta a las necesidades de Villena… pero PSOE y Verdes, en cambio, se han puesto a denunciar que se ha contratado una fiesta en la que hay alcohol –¡oh, Dios mío!– y en la que las go-go´s, con un poco de suerte, nos enseñarán las tetas. Un escándalo, señora. Un auténtico escándalo.

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