Opinión

A Villena le molestan todos sus árboles (Artículo de opinión)

Primero fueron los plátanos de la plaza de María Auxiliadora, luego le llegó el turno a los del paseo de Chapí, y para acabar, los únicos que quedaban, los de la calle Picasso, junto a la plaza de toros. La "fantástica" actuación ha consistido en talar dos cipreses a ras de suelo y talar tres plátanos adultos y en perfecto estado de salud a una altura mayor. Lo mejor de todo es que todos se lavan las manos, unos alegan poda de rejuvenecimiento, los responsables no tienen conocimiento, etc., estamos acostumbrados.
Ahora bien, yo propongo que, para estar así, ¡arrasemos con todo, cortemos todos nuestros árboles para que dejen ver las obras del progreso! ¡Arranquemos todos y pongamos en su lugar árboles de plástico! ¡Arranquemos pinos centenarios para hacer piscinas, olmos para ampliar carreteras y plátanos para ver pirámides! Sí, si no hace falta irse a Egipto para ver una pirámide, la tenemos en Villena, en la plaza de toros, una horterada como cualquier otra, se podría haber optado por un cubo, un cilindro o una esfera, pero el arquitecto se decidió por esta figura geométrica, por poner algo.

Y es que esta obra magistral no puede lucir teniendo a su lado algo tan corriente, tan vulgar como unos árboles, de tan solo unos 40 años de edad, hay que quitarlos, hay que dejar paso al ladrillo, ¿para qué queremos la fresca sombra de sus hojas en verano? si tenemos aire acondicionado en la pirámide, ¿para qué queremos que mejore la calidad del aire que respiramos, que se fijen partículas en suspensión, que se libere oxígeno, que se absorba dióxido de carbono?, ¿para qué? Si nos conformamos con lo que sea, con que nos den un espectáculo los domingos a las 5 de la tarde, saciamos nuestra sed de sangre, y listo.

En la antigüedad eran faraones los que perdían la cabeza por sus pirámides, hoy son algunos políticos y sus allegados los que por sus delirios de grandeza, por pasar a la historia por sus obras arquitectónicas, no les importa sacrificar, antes esclavos, ahora árboles, meros daños colaterales al fin y al cabo. Sacrificios necesarios para seguir con este “pijismo”, snobismo y mamoneo imperante, olvidando tantas veces lo verdaderamente importante para el pueblo.

Con cada árbol que cortamos retrocedemos el tiempo que ha tardado en formarse. Y es que una ciudad que quiere progresar ha de aprender a convivir, respetar y ampliar sus zonas verdes. Igualito que Villena, que sus zonas verdes son cada vez más zonas grises, de cemento, duro como la cara de algunos. Me pregunto qué será lo próximo, qué será tan importante para que se empobrezca aun más nuestro paupérrimo patrimonio arbóreo.

Para quien no conozca este jardín, puede ver su aspecto anterior en la foto extraída de una aplicación de Google Maps. Como veis, los plátanos han sido totalmente desmochados y han desaparecido los cipreses. También os invito a utilizar esta aplicación para ver el antiguo Paseo de Chapí, cuando aun tenía arbolado destacable.

Fdo. David Molina

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