Abandonad, los que aquí entráis, toda esperanza
Abandonad toda esperanza, salmo 1º
Recientemente leía las columnas del malogrado escritor chileno Roberto Bolaño, y me encontré con la siguiente afirmación: "Soy mucho más feliz leyendo que escribiendo". Me recordó de inmediato a otro genial escritor latinoamericano y fallecido, aquel que nunca ganó el Nobel pero del que muchos pensamos confundidos (a la vez que paradójicamente certeros) que sí, que lo ganó, vamos si lo ganó. Decía Borges que se enorgullecía mucho más de lo que había leído que de lo que había escrito, y eso que podemos poner en duda que la humildad fuese una de las virtudes más características del escritor argentino. Con la ausencia de talento como única diferencia, mi caso es el mismo: no hay nada más placentero que leer (o ver, que para el caso es lo mismo) y disfrutar con una buena historia. Pero como por leer no te pagan, a veces hay que escribir (y no es que me queje).
Así que intentaré hacer de este ejercicio de escritura una prolongación del de "lectura", y entrecomillo porque no menospreciaremos películas, representaciones teatrales, discos, exposiciones o cualquier otra manifestación de índole cultural. Pero eso sí, predominarán las artes narrativas: películas, novelas (o relatos, o artículos)... y cómics. Porque sí, porque no hay nada como el placer de gozar con una buena historia, aunque el transmitirla y recomendarla, casi recontarla como se ha hecho siempre con las historias populares de transmisión oral, se le acerca bastante. Y cómics, porque sí, porque apenas cuentan con el espacio merecido fuera del ámbito de las revistas y webs especializadas... por no hablar de reconocimiento social y cultural.
Así pues, esta columna vendrá a ser una suerte de diario de lecturas, una lugar en el que, como ocurría en el Infierno de Dante, aquellos que entren abandonen toda esperanza... de salir ilesos y sin ganas de hacerse con ese libro o de ir a ver aquella película en los que ya habían pensado pero con los que no habían terminado de decidirse. En fin, un weblog en negro sobre blanco, lugar de reunión de aquellos perpetuos "cazadores de placeres", como se autodefinió en una ocasión el cineasta Fernando Trueba. Y como no es mi intención atacar productos ignominiosos, que dirían Faemino y Cansado, porque no hay mejor crítica que el desprecio y el olvido, optaré por, simple y llanamente, llamar la atención sobre aquello que crea digno de conocerse y gritar a los cuatro vientos la tan socorrida fórmula de "¡Por Dios, tienes que leer esto!" (o "ver aquello").
En fin... Próxima parada: Asturias (y no, no es por lo de Fernando Alonso).
Entre paréntesis, de Roberto Bolaño, está editado por Anagrama (2004).