Abierta la veda
Pues va a ser que no. Eso de guardar 100 días de gracia a los nuevos gobernantes queda muy bien de cara a la galería, pero cuando compruebas que desde el primer momento están realizando tamaña afrenta contra lo que es de todos, no cabe sino hacer saltar los resortes y empezar a pedir con fuerza que rueden cabezas.
Desde su toma de posesión desde su campaña electoral incluso, el nuevo equipo de gobierno del Partido Popular nos está provocando a los amantes del medio ambiente, personas que luchamos decididamente y sin escatimar esfuerzos por todas aquellas causas susceptibles de ser sostenibles, porque lo que está en juego no es nuestro mundo, sino que el que legaremos a nuestros hijos y nietos el día de mañana. ¡Está en juego nuestro futuro!
¿La causa? Es muy sencillo, señora. Coja usted los nombres de los ediles del anterior equipo de gobierno y compárelos con los nombres de los actuales. ¿No lo ve? Las alcaldesas empatan, porque tanto Vicenta Tortosa como Celia Lledó gastan dos palabras para pronunciar sus respectivos nombres. Pero a partir de ahí la cosa se complica. A saber: que no es lo mismo decir Jesús Santamaría que José Joaquín Oliva, dos palabras frente a tres. Ni Andrés Martínez que Juan Carlos Pedrosa. Ni Genci Estevan que María José Hernández. Ni José Ayelo que José Tomás Peralta. Ni Fernando Úbeda que José Joaquín Valiente (y miren que yo le llamaría Chimo, como he hecho toda la vida y sigo haciendo en privado, pero por aquello del respeto al cargo ya se pueden imaginar ). Ni Paco Montilla que Juan Francisco Richart. Ni Antonio Pastor que, que, que bueno, mejor no comparemos en este caso.
Volviendo a lo que nos ocupa, fíjense si no es grave lo que digo: el simple hecho de la victoria popular va a obligar a Villena a aumentar entre un 20 y un 30 por ciento el consumo de papel, es decir, a reducir aún más nuestras otrora gloriosas reservas forestales para fabricar folios y más folios, pliegos enteros de papel prensa, dípticos y trípticos por doquier Cualquier nota de prensa, cualquier comunicado, cualquier discurso, ocuparán a la fuerza más espacio sobre el papel, porque en un ataque sin parangón contra nuestros menguantes recursos naturales, y respondiendo a una estrategia elaborada con premeditación y alevosía desde el mismo día de su bautizo, la práctica totalidad de los nuevos ediles se han coordinado para arrasar la masa arbórea nacional y hacerles al caldo gordo a las multinacionales madereras y los lobbys de fabricantes de papel-cartón, espolón de proa del neoliberalismo radical que controla los resortes del mundo desde Wall Street y los ignominiosos paraísos fiscales.
Afortunadamente, Los Verdes (es decir, Las Verdes, o el Grup@ Municip@l Verd@, que ya me estoy liando yo con esto del nominalismo no sexista), con Cate Hernández y Pachi Esquembre a la cabeza (sólo dos palabras, como ven, y además con diminutivos para Catalina y Francisco Javier, que no se diga), seguirán velando por el bienestar de nuestro planeta y de nuestro pueblo, por sus árboles y por sus habitantes, incluso por el que suscribe, al que los 100 días de gracia, el calor asfixiante y la falta de oxígeno motivada por tanta tala indiscriminada le han llevado a perpetrar esta columna no sostenible, verdadero ejercicio de funambulismo lingüístico y político, a la espera de que lleguen tiempos mejores, con un clima mínimamente soportable, con un gobierno a pleno rendimiento y sin más puñeteros días de gracia por guardar. Amén.