Opinión

Acercar las cercanías

El último acuerdo anunciado entre el Ministerio de Fomento y la Generalitat Valenciana vuelve a poner sobre el tapete la importancia de las líneas de cercanías para el desarrollo de nuestra provincia. Es ésta una asignatura pendiente que, como los ojos del Guadiana, aparece cuando vienen elecciones y desaparece en el momento en que pasan los comicios.
Basta recordar que en 2003, poco antes de las elecciones autonómicas y municipales, también se habló entonces de la implantación de servicios ferroviarios de cercanías, tanto en la Vega Baja, como en el Vinalopó. El anterior alcalde de Villena, Vicente Rodes, anunciaba días antes de las elecciones que Villena contaría con trenes que nos trasladaran a Alicante en 20 minutos. También el actual Conseller de Infraestructuras se hacía la foto con los alcaldes ofreciéndoles un servicio de cercanías que de momento no tenemos. Me da la impresión de que, esta vez, si tenemos que contar otra vez con la voluntad de la Generalitat Valenciana, lo llevamos claro. Lo llevamos claro porque ya se nos viene demostrando constantemente que este gobierno autonómico de equidistribución de los recursos no entiende. Tampoco anda muy avezado en determinar lo que es prioritario para la Comunidad y lo que es secundario e incluso superfluo. Por tanto, difícil lo tenemos en la Vega Baja y en el Vinalopó si dependemos de la voluntad de la Generalitat para que de una vez por todas se pongan en marcha servicios ferroviarios de uso cotidiano.

La Generalitat anuncia, pero no entiende la importancia que tiene para esta provincia quitar coches y autobuses de las carreteras de la provincia. Si de verdad se lograra acercar los trenes de cercanías a las poblaciones de estos dos ejes, los desplazamientos en automóvil hacia la capital o desde la capital hacia las poblaciones de la Vega Baja y el Vinalopó se reducirían considerablemente. Pensando únicamente en los estudiantes que se desplazan diariamente hacia las dos universidades de la provincia, ya se hace necesaria la puesta en funcionamiento de estas líneas de cercanías. Pero si además le añadimos el gran número de alicantinos que se desplazan de un núcleo a otro para trabajar o atender sus negocios, la necesidad de que contemos con trenes públicos, de horario continuado y de coste asequible para el ciudadano, queda más que evidenciada.

A largo plazo la puesta en funcionamiento de este tipo de transporte público se convertirá, sin duda, en un elemento equilibrador del territorio. Si conseguimos que los ciudadanos que ahora dan la espalda al ferrocarril por la falta de trenes, por el precio de los billetes o por la incomodidad de los horarios, encuentren en el ferrocarril su medio cotidiano de transporte, que les permita no coger el coche para trasladarse diariamente, las oportunidades de crecimiento para todas las poblaciones de los ejes ferroviarios se darán por igual.

Sin embargo, si nos centramos únicamente en el AVE como transporte que actúe de motor de crecimiento de la provincia, nos volveremos a equivocar. Porque está bien que se pongan en funcionamiento medios de transporte que conecten los grandes núcleos urbanos, de hecho son imprescindibles para el desarrollo, pero no nos podemos quedar únicamente con el AVE: tan importantes son las líneas de alta velocidad como lo son las líneas regionales y de cercanías. Porque no todo el mundo se puede permitir pagar diariamente un billete del Altaria para desplazarse desde Elda a Alicante o desde Orihuela a Elx.

Esperemos que por esta vez la foto del acuerdo sea real y no quede simplemente en un conejo que de nuevo se saca la Generalitat de la chistera.

José Ayelo Pérez.
Diputado Provincial.

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