Adulterar la cultura
Todavía queda oferta cultural sin adulterar. No estaría mal que los panelistas del Observatorio de la Cultura se detuviesen en la oferta cultural villenense y la valorasen como merece
Últimamente he visto a regidores de Cultura de distintos pueblos de nuestra provincia posando sonrientes delante de las programaciones que han preparado de aquí al verano a sus vecinos. Cuando lo que lo yo haría es parapetarme detrás de los carteles para que no me relacionasen con el desaguisado.
Me atrevo a decir simple y llanamente que ahora muchos de esos escenarios de la cultura se han ocupado por aquellos productos que atentan contra ella. Así de lejos ha llegado el hecho de subvertir los valores. Con toda naturalidad. Es el sino de los tiempos.
A todo esto, acaban de publicarse los datos del Observatorio de la Cultura 2021 y Alicante se sitúa en el número 30 de una lista de 34 ciudades evaluadas. Lo peor es que en el ranking de los elegidos hay una veintena de eventos y lugares que están en la ciudad de València, por dos de Alicante.
Para que no todo sean noticias de sesgo negativo, valgan como ejemplo el Teatro Chapí de Villena y la Kaku (como bautizara felizmente Paul Lau nuestra Casa de Cultura), paradigma de una dignísima oferta cultural de verdad (no simulada) dirigida a una ciudad de 34.000 habitantes y comarca.
Paco Flor, director del coliseo, ha logrado que el espectador disfrute de una inmersión ‘experiencial’. Todos los detalles están cuidados desde que se pone un pie en el vestíbulo. El Chapí es diferente y así lo comprueba el espectador con buen gusto.
Por su parte, en la Kaku, dirigida por Pepe Ayelo, bullen tantas actividades como pueden caber en Las Cigarreras de la capital semana tras semana. Y no es ninguna exageración. Hay tanta calidad y cantidad en nuestra Kaku como en el centro cultural alicantino (con la gran diferencia de que las poblaciones distan de 34.000 a 334.000 habitantes).
Pero hay algo mejor. Mientras la Kaku rezuma vida, Las Cigarreras (salvo algún momento puntual de alguna actuación) están apagadas. Hibernadas. Por no hablar del bajo índice de visitas que tienen sus exposiciones.
Todavía queda oferta cultural sin adulterar. No estaría mal que los panelistas del Observatorio de la Cultura se detuviesen en la oferta cultural villenense y la valorasen como merece.