Agencia de Detectives, S. L.
Abandonad toda esperanza, salmo 189º
De la Semana Negra de Gijón siempre se vuelve con ganas de leer y escribir, de pensar sobre lo leído y contar lo vivido. Y como siempre las novedades han sido tantas que me tendrán que permitir que les dé la tabarra sobre lo que allí se presentó durante dos o tres columnas más.
El evento asturiano volvió a demostrar, como viene haciendo desde hace más de dos décadas, el buen estado de salud de la cultura popular en general y de la novela negra en particular. Tanto es así que todavía hoy siguen escribiéndose ficciones protagonizadas por investigadores privados que consiguen mantener vivo el interés por el paradigma construido por Dashiell Hammett a finales de los años 20.
Un buen ejemplo es A timba abierta, con la que debuta el madrileño Óscar Urra y de la que se intuye iniciará una serie de novelas de género policíaco que podrían convertir al detective privado Julio Cabria en el último fichaje rutilante del equipo en el que juegan Pepe Carvalho, Toni Romano, el inspector Méndez, la pareja formada por Pulido y Galeote o el ex futbolista Julián, hijos todos ellos de Vázquez Montalbán, Madrid, González Ledesma, Sánchez Soler y el villenense Gastón Segura.
Como no podía ser de otra forma, Julio Cabria posee sus rasgos distintivos propios: es un ludópata sin remedio, y al comienzo de la novela se muestra decidido a suicidarse. Pero un nuevo caso -encontrar a una mujer a la que todos parecen estar buscando y de la que solo sabe su nombre: Pandora- vuelve a situarlo a pleno rendimiento en las calles de una capital castiza y nocturna que Urra demuestra conocer como la palma de su mano. Simplemente, queremos más Cabria.
Y para aquellos que amamos el cine por encima de todas las cosas, Francisco G. Haghenbeck es todo un descubrimiento... La acción de su Trago amargo está situada en Puerto Vallarta durante el rodaje de La noche de la iguana, aquella cinta demencial y gozosamente sobreactuada en la que John Huston, el cineasta bigger than life por excelencia, adaptaba a Tennessee Williams de la mano de un reparto de campanillas. Este lo formaban Richard Burton, Ava Gardner, Deborah Kerr y una Sue Lyon recién llegada de colaborar con Kubrick en Lolita y a la que el autor mexicano describe así: "Su cuerpo infantil, coronado con esa cara de ángel malvado, olía tanto a sexo pederasta que uno sentía los veinte años de prisión. Pero sólo era pura imagen. Esa pollita estaba más cocinada que el pavo de la navidad pasada".
El investigador de Haghenbeck es Sunny Pascal, un detective aficionado a la bebida -cada capítulo arranca con una receta de cóctel- y a la literatura beatnik -no sale de casa sin su copia de On the road- que acepta ser la niñera de estas estrellas de Hollywood (Burton iba con Elizabeth Taylor de regalo), a las que Huston regaló pistolas de oro y balas de plata con la intención de que si gustaban se mataran entre ellos. Mátense ustedes por encontrar un ejemplar de esta novela tan canalla como espléndida, y que también inicia serie.
La XXII Semana Negra de Gijón se celebró del 10 al 19 de julio de 2009; A timba abierta y Trago amargo están editados por Salto de Página y Rocaeditorial respectivamente.