Cultura

Agosto efervescente (la secuela)

Es lunes por la noche y hace tanto calor que no me molestaré, queridas personas, en darles demasiadas explicaciones: hace apenas un par de semanas escribí una columna encabezada con el mismo titular y en lugar de escribir un dos al final me ha dado por escribir “la secuela”. Aunque la palabra secuela comprenda matices diferentes a los que confiere una “segunda parte” me temo que si lo desean deberán descubrirlos por sus propios medios.
Es agosto, es lunes, es tarde, hace demasiado calor y yo no dispongo de un cuarto de escritura de verano, de modo que continúo escribiendo en el cuarto de escritura de invierno: ese resguardado de las corrientes de aire, con paredes protegidas del exterior; tan pequeño y aislado que al llegar el verano se convierte en la antesala del infierno: ahora mismo las gotas de sudor resbalan desde mis sienes hasta mi pecho… Pero claro, cada cual construye su santuario buscando protegerse de aquello que más teme, en mi caso/a: el frío invierno.

Es agosto, hace calor, no hay presupuestos municipales, en nuestra ciudad hemos cambiado nuestro Equipo de Gobierno y, sin embargo, contra todo lo previsto, la ciudad sigue burbujeante en materia cultural. No sólo se trata de los Cursos de Verano, ni de la Semana de Cine, ni del Festival de Títeres. Más bien resulta que unas cuantas cabezas se han puesto en marcha con el fin de conseguir que Villena siga palpitando. Unas cuantas personas que se han sumado a este recorrido cultural apostando su tiempo, su esfuerzo, su agenda y su dinero. No me refiero únicamente a los espectáculos que el Colosseo viene ofreciendo a mitad de semana y que culminaron con el concierto acústico de Ingresó Cadáver ayer noche, cerrando una programación que merece un serio reconocimiento para quienes la han organizado, con Javier Ruescas a la cabeza y con una quizás discutible colaboración municipal.

Un agosto completo. Y tampoco se trata exclusivamente del esfuerzo que unas cuantas personas “comandadas” por Ricky Menor han realizado para que en nuestra ciudad podamos disfrutar de nuevo con un festival de música como es el Villena Suena. Un Concierto que subió al escenario a “músicos de ayer, de hoy y de siempre” (desde los jóvenes de Wok a Luis Miguel Txispín, pasando por el Chato, Alberto Serrano, José Ángel Camarasa y los mismos Fuckop Family entre tantos). Pero un Concierto que tristemente se ve obligado a contar con la generosidad de las bandas participantes debido a la precariedad de sus circunstancias –triste, como me decía Txis, que cobren camareros/as, personal de seguridad, de limpieza y demás, y que los artistas (quienes crean la fiesta) dependan de la incertidumbre de una taquilla–. El “drama” me recuerda a aquella historia de “La Cigarra cantarina y la Hormiga que prefería trabajar sin música”.

Yo lo pasé bien en esta segunda edición del Villena Suena. Lo pasé muy bien. Pero todavía espero desmelenarme en el concierto que el “viejo” Club de Jazz de las Mil Pesetas ha preparado el próximo dos de septiembre con Maneta de Camioneta (y creo que después de dos actuaciones de nuestra ciudad no será necesario subtitularlos: “antes conocidos como O’Funkillo”). Un concierto que apunta maneras para ser todo un bombazo, tal y como resultó en anteriores ocasiones. Todavía hace demasiado calor y todavía hay ganas de fiesta –aunque cada vez tengan ustedes más ganas de Fiestas–.

Y para quienes no creemos que el verano finaliza con las Fiestas este año vamos a contar con el bautizo del Festival Imaginactiva, festival solidario de arte, música y cultura que Tapería La Plaza, Pablo Domene, APAC y el Ayuntamiento realizarán tras la resaca festera en la explanada de la “dichosa” pirámide poco antes de la llegada de la Feria del Campo.

A todo esto no vayan a creer que me he olvidado de las sesiones veraniegas que El Túnel ha ido organizando con Dióscoro en cabina ni de los conciertos que han ofrecido en el local grupos históricos como Llamada. Pero son actividades a las que con dolor de corazón –y puede que alegría de hígado– no he podido asistir. Tampoco a la exposición de pintura de Pepe Navarro en la Casa de Cultura, aunque allí iré porque todavía me queda tiempo. Ni me olvido del Concurso de Monólogos de El Rabal, imposible de ignorar dada la insistencia de la Asociación de Vecinos/as.

Pero… –y ya se fastidió todo con el dichoso “pero”– también hay unas cuantas cosas que he echado de menos. No me voy a extender al respecto pero no me voy a privar de recordar la masiva respuesta que tuvieron las actividades realizadas en el “Luciano Arena”, frente a la entrada del Teatro Chapí, que el presente verano han sido reducidas a la mínima expresión pese a mantener el tramo de calle cerrado al tráfico.

En cualquier caso sí me gustaría expresar una idea germinada desde la declaración de intenciones del actual Equipo de Gobierno acerca del gasto municipal en actividades (culturales principalmente, tal y como yo lo entendí). De su voluntad de apoyar “todo” tipo de actividades siempre que no supusieran un gasto para el Ayuntamiento. Una idea, pensamiento, postura, que me hace comparar la retahíla de nombres que vengo citando con la mamarrachada del concierto de Melendi, por ejemplo. Y no les consentiré que me llamen simplista, ni oportunista, al decir esto que no es más que un ejemplo de sobras conocido y comentado. Más bien acabaré(mos) tildando de injusticia si ustedes subestiman, infravaloran y dan una mínima cobertura a los esfuerzos de unas cuantas personas por llenarnos de vida.

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