La pasada semana Rosa L Avantis, compañera en estos lares de la escritura semanal, me daba un pellizquito de esos afilados y pequeños que recogen poca masa pero resultan ideales para hacer despertar de cualquier letargo o sopor. Toque de atención que, con un alto porcentaje de mala leche, pues sé compañera que algunas de las integrantes del otrora Consejo Municipal de la Mujer y por lo tanto promotoras del Estudio Sociológico de la Mujer en Villena son tus vecinas de escalera y pensamientos, me recordaba que la segunda parte del susodicho estudio se ha presentado y desde aquí no he reclamado, como hice en su momento, que sea distribuido o dado a conocer para todas aquellas que no hemos sido preguntadas pero sí queremos saber.
He de decirte que has hecho muy bien, pues realmente y fuerza de no oír, ni ver, ni saber, ni debatir posturas, y gracias a la estrategia del Partido Popular de ojos que no ven, zambombazo que te doy (es una nueva versión del dicho), estaba como noqueada con esas cuestiones de los órganos de Igualdad y de Mujer en nuestro pueblo. Hace poco más de un año, desde el Consejo Municipal de la Mujer, se me remitía públicamente una carta dando cumplida explicación a la solicitud arriba mencionada, así como a algunas otras cuestiones que yo planteaba, y ahora, curiosamente, es cuando al sentir el toque de alfiler de tu envite, algunas de sus afirmaciones han adquirido una especial tonalidad.
En ella me afirmaban categóricamente que seguiremos estando presentes como Consejo de la Mujer en la vida de nuestra ciudad para que la lucha de las mujeres por la igualdad y por la erradicación de la violencia de género no tenga color político, palabras que cobran a día de hoy una singular relevancia, pues no solamente voy a tener que pedir, Rosa, que se muestren públicamente unos resultados cualitativos; hoy, doce meses después, con nuevo equipo de gobierno al mando, una nueva denominación para el Consejo y el amargo sabor que va dejando la evaporación de aquellas luminosas expectativas que se despertaron en mí, cuando con el cambio de tercio creí atisbar grandes posibilidades de cambio, un nuevo enfoque o un nuevo ambiente en el cual poder aportar diferentes opciones y nuevas y necesarias incorporaciones masculinas, tengo que solicitar que se nos diga algo sobre este extinto o acallado Consejo en sí mismo.
Sobre cuál ha sido su trayectoria durante este tiempo, sobre si ha sido convocado o sobre por qué ha tardado tanto en ponerse en marcha la prometida Mesa Local para la erradicación de la violencia machista. Tengo que solicitar, porque la perniciosa ausencia de información es abrumadora, que alguien nos diga, al resto de nosotras, desde dentro o de desde fuera, pública o privadamente, delante de un buen café o cerveza, qué derroteros ha tomado este nuevo Consejo, qué políticas de igualdad y contra la violencia machista se están siguiendo, qué papel están jugando dentro de él, si es que se lo permiten, su integrantes fundadoras, y digo esto porque me resulta realmente intrigante que aquellas que me regalaban orgullosamente rotundas palabras de continuidad de lucha desde dentro por la unidad, acoten su activismo a algunos escritos que sobre guarderías, calendarios o la ministra Chacón firman miembros del Colectivo Luna. Del resto, l@s nuevos, ni rastro, alguna presentación con mas fachada que fondo o algún almuerzo dominical con buena intención y escasa compañía joven al que por cierto, y significativamente, compañera Rosa, ni tú ni tus vecinas acudisteis, bien porque el horno no está pa bollos o bien porque no conseguisteis sacar a los maridos a andar un rato.
