Editorial

Agridulce superávit

La noticia conocida esta semana respecto al superávit con que ha cerrado el ayuntamiento el ejercicio 2009 –2,9 millones de euros– tendría que ser motivo de alegría, puesto que en medio de una gravísima crisis económica, con gran parte de los ayuntamientos españoles endeudados hasta las cejas y con algunos de ellos en situación de quiebra total, resulta sin lugar a dudas tranquilizador saber que nuestro ayuntamiento sabe ahorrar y además cuenta con un índice de endeudamiento totalmente asumible.
No obstante, cuando se analiza fríamente la noticia, se observa que lo que en realidad ha sucedido era lo previsible al estar gobernando con unos presupuestos prorrogados desde 2008 a causa de la ruptura del Partido Popular y debido a la minoría en que ha quedado el equipo de gobierno. Ni los ingresos ni los gastos previstos en 2008 se acercan siquiera a la realidad de 2010, creándose así un desbarajuste que deja vacías algunas partidas –como las destinadas a pagar las subvenciones a las diferentes asociaciones de Villena– mientras que otras se mantienen llenas sin que proyecto u obra alguna justifique la retención de ese dinero, que estaría mejor empleado allá donde realmente se necesita.

Un ayuntamiento, como cualquier administración pública, no debe regirse como una empresa y buscar a toda costa el beneficio económico, sino que todo el dinero disponible en función de los ingresos recaudados debe ser invertido en infraestructuras y servicios que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos, ya sea fomentando la creación de empleo, ayudando a quienes ayudan a los demás, cuidando calles y jardines, mejorando centros educativos y asistenciales, facilitando la práctica deportiva o estimulando su interés cultural… porque, mientras exista una sola necesidad que cubrir, resulta casi obsceno presumir de que se ha ahorrado dinero.

Así pues, alegrémonos por ese inesperado hallazgo y confiemos en que sepa destinarse ese dinero allá donde realmente se necesita. Y confiemos igualmente en que Villena tenga pronto un presupuesto acorde a los austeros tiempos que vivimos, racional, equilibrado y ajustado a nuestras verdaderas necesidades.

Nota de Redacción: Aprovechando estas breves líneas, queremos dar la bienvenida a un nuevo columnista que se suma desde hoy al proyecto de El Periódico de Villena, Juan Palao; así como despedir a otra columnista que se nos marcha (temporalmente, esperamos) tras más de cuatro años de escritura y compromiso, Isabel M. Forte, a la que queremos agradecer sincera y públicamente su trabajo y dedicación para con esta casa, que siempre será la suya.

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