Cultura

Al final: Lo Importante

Si hay un debate, una línea de fuego, en nuestra ciudad que no termina de cristalizar, es la que se desarrolla entre nuestro anterior concejal de Cultura y Fiestas, Francisco Abellán, y nuestro actual concejal de Deporte y Juventud, Pablo Juan Martínez. De los intercambios de declaraciones que hemos vivido podríamos decir, utilizando el símil del ajo con mortero que “no atan”, que “se talan”. Y resulta sorprendente, porque las argumentaciones esgrimidas son afiladas y precisas. Pero se disuelven en ese paso atrás que dan ambos contrincantes tras el cruce de aceros. El caso es que de algún modo Martínez consigue rechazar cada uno de los envites de Abellán, y entonces la cosa vuelve a enfriarse durante algún tiempo.
Podríamos justificarlo diciendo que se trata de conflictos en áreas “menores” (respecto a la Alta Política desarrollada en otras concejalías), aunque sería un error si consideráramos la importancia de que las dotan los Presupuestos Municipales. Bueno, tampoco eso es definitorio: también la Sede Universitaria ha visto aumentada su partida económica, y eso pese a que tras el cambio de la UHM a la UA hemos sufrido un descenso progresivo en sus aportaciones educativas y culturales. Y si antes podía usted ver nuestra Casa de Cultura y alrededores llenos de jóvenes, ahora puede asombrarse al comprobar cómo pasan desapercibidos (los cursos, las actividades culturales y los grupos de jóvenes). Ahora como digo aumentamos el presupuesto de esta Sede y nos queda esperar a ver los resultados, a observarlos atentamente para poder posicionarnos a favor de tal apuesta o para definitivamente dejarnos arrastrar por el desencanto y tratar de forzar otro camino (al menos quienes no sufrimos el sometimiento a los créditos universitarios).

Pero no olvidemos hablar de Lo Importante, los blasones de nuestros veranos: las Fiestas y el Barrio de El Rabal por un lado, y la corrida de toros del día siete por otro. La primera, sitiada como Numancia gracias a toda esa serie de normativas que cuidan de la salud de sus esclavos, perdón, quise decir de nuestra salud. La segunda, sometida al pacto de partidos que permite un gobierno de coalición. Ambos temas que pese a perfilarse claramente como batallas perdidas, procuran materia de conversación en bares y reuniones vecinales. Y temas, ambos, cuya importancia se difumina entre el resto de comandas festeras: faldones, fuegos artificiales, horario de las dianas o del Desfile de la Esperanza… Lo que no deja de resultar tan curioso como desconcertante a quienes no participamos en tales preparativos y celebraciones. Tanto como para felicitar sinceramente a nuestra pregonera Doña Dolores Fenor sin dejar de preguntarnos, pese a conocer la respuesta, si cabrá la posibilidad algún día de contar como pregonera a una persona no vinculada a nuestros Moros y Cristianos, que en realidad solo son el marco donde se distingue a alguien que ha trabajado y ama nuestra ciudad: una personalidad villenera.

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