Historia

Álbum de Cromos. Matonismo en Villena (1906 – 1931). Decimoctava estampa: Detención

Manuel Pujante Luna –algunos periódicos dicen Miguel Pujola Lina–, natural de Molina de Segura, ha sido detenido en Villena. Confiesa ser autor del crimen del tren correo contra Fortunato Toni. También ha dicho que atracó, igualmente en el correo, a Justiniano Ródenas, comerciante alicantino. Cuando se reconstruye lo de Toni, el detenido confiesa que el móvil no era social sino robo. El matiz importa al preso en aquellos años de pistolerismo, cuando había crímenes que no tenían un motivo hampón sino revolucionario.
Pujante entró en el compartimento donde viajaba Toni durmiendo. Toni se despierta y confundiéndolo con el revisor se dispone a entregarle el billete. Entonces el criminal le ataca con un cuchillo. Luchan y... "ante el temor de que los viajeros acudieran atraídos por el ruido de la lucha", Pujante huye sin llevarse nada. Respecto al lugar donde después se ocultó, nada ha dicho el bandido. Fortunato Toni, dentro de la gravedad, mejora. Lo comunican desde Almansa (1).

Pujante "es sujeto de muy malos antecedentes." De hecho ha estado en la cárcel. Cuando lo detienen en Villena hace poco que ha salido del penal de Chinchilla. Cuando quiso robar al señor Toni dice que le faltó tiempo. Pero sí que lo tuvo para darle alguna cuchillada y algún hachazo para rematarlo y robarle el aliento. Con gorra de revisor y entrando en el departamento... Lo dicho y... "Ante el temor de que acudieran al ruido los demás viajeros, huyó, apeándose en marcha del tren. Arrojó la gorra de uniforme y se ocultó en el campo, (...)" entre Alpera y El Ángel, apeadero próximo al santuario de Belén. "Nada se le ha podido hacer declarar sobre la procedencia de la gorra y sitio en que la ocultó, por lo que se supone que tiene cómplices, cuyo paradero es preciso averiguar." (2)

El caso lo recreó con gusto literario Tirso Marín. Su relato, sin revelar las fuentes, coincide más o menos con lo que hemos leído en la prensa de la época (3).

Al delincuente le preocupa lo del crimen social por la trascendencia de serlo y porque así lo había comunicado algún periódico. En titular, a tres columnas, "El Sol" informaba el día después: "SIGUEN LOS CRÍMENES SOCIALES. BÁRBARA AGRESIÓN A UN VIAJERO. SE TRATA DEL SECRETARIO DE LA CONFEDERACIÓN CATÓLICO-AGRARIA. EL AUTOR DEL CRIMEN NO HA SIDO DESCUBIERTO." (4)

Luego, en el cuerpo de la noticia matiza el rango social y habla de una banda de malhechores que asalta a los viajeros en el trayecto comprendido entre Alpera y Almansa. Concretamente en las cercanías de El Ángel, donde hace tiempo unas señoras fueron sorprendidas en el coche cama. En la crónica, denunciando la falta de seguridad en los trenes españoles, señalada como impropia de un país civilizado, se dan más detalles del suceso. Que la víctima, "un joven elegantemente vestido", se encontraba en el pasillo agitándose en horrendas convulsiones y derramando mucha sangre. Que presentaba dos heridas en la cabeza producidas con un hacha y otras dos de arma blanca en el costado izquierdo. Que estaba grave y no podía hablar. Que quien avisó mediante el timbre de alarma y detuvo el tren fue un médico que viajaba en el compartimento contiguo.

Dormitando, escuchó un grito angustioso que le sobresaltó. Acudió al pasillo viendo desplomarse al joven que se quejaba de dolor. Al parar el tren acudió al vagón la Guardia Civil de escolta. El médico quiso curarlo pero –otro motivo para la indignación contra la M.Z.A.– el tren no llevaba botiquín ni material sanitario. Continuaron viaje y... Tampoco lo había en El Ángel, teniendo que seguir hasta Almansa.

En el departamento de Toni no encontraron maleta, ni bolso, ni equipaje. Sí un hacha niquelada de mango corto ensangrentada sobre uno de los asientos. Sí un cuchillo con la punta rota. Por señas de la víctima entendieron que había sido atacada por un solo hombre. Al llegar a Almansa condujeron al herido en estado agónico al botiquín –ahora sí aunque deficiente– de la estación. La agresión debió de ser entre las cuatro y cuatro y media de la madrugada.

Confusión y pesquisas
Atando cabos, algunos viajeros recuerdan haber visto "a un sujeto de mala catadura que durante el trayecto de Alpera a Almansa recorría los vagones de primera en actitud poco tranquilizadora, pretendiendo entrar en los departamentos de dicha clase." Que "vestía blusa azul y llevaba una bufanda arrollada a la cabeza". Otro viajero declarará que "desde la salida de Alcázar de San Juan vio a un sujeto que recorría el tren, tratando de esquivar la presencia de los empleados y ocultándose al llegar a las estaciones." Y que vestía "traje de pana bastante usado y gorra de empleado del ferrocarril, como si fuese un guardafrenos". En la estación de Villarrobledo entró en su compartimento, vagón de primera clase. El viajero que relata, cauteloso, se puso a la defensiva, a lo que el sospechoso "descendió del tren antes de llegar a la estación de Socuéllamos, bajando por la portezuela contraria al andén". El revisor atestiguará que en el tren no viajaba ningún empleado ferroviario, por lo que sospechan del individuo del traje de pana.

Los datos se mezclan y confunden. Que si la víctima ha muerto. Que si varios autores. "En las manivelas de las puertas del coche se vieron grandes manchas de sangre." Con huellas dactilares. Los datos se mezclan y confunden pero también se precisan. El doctor que viajaba en el tren era D. Manuel Manzaneda "quien aplicó al herido varias inyecciones de aceite alcanforado." La víctima, grave, no ha muerto. Fortunato Toni es Jefe de la sección comercial de la Confederación Nacional Católico-Agraria. Aquí el miedo del preso porque su acto se catalogue como crimen social. Toni se dirigía a Valencia para adquirir nitratos destinados a los agricultores federados pero...

Contra rumores, el Gobernador de Albacete informará por telegrama al subsecretario de Gobernación lo siguiente: "Me comunica el jefe de la Guardia civil de la línea de Almansa que hallándose de servicio de vigilancia la pareja de escolta en el tren núm. 8, entre las estaciones de Albacete y La Encina, a las cuatro de la madrugada fue requerido su auxilio en el apeadero de El Ángel por el viajero del departamento de primera D. Fortunato Toni Ruiz, que habita en Madrid, calle de Lista, 66, tercero, que se hallaba gravemente herido, sin poder precisar quiénes habían sido los altores –sic por autores o actores– de la agresión. La Guardia civil ha comenzado inmediatamente a practicar pesquisas para descubrir a los criminales."

Notas
1. "Los crímenes en los trenes". En La Época, Madrid, 29.01.1920, p. 2.
2. "El asesinato del correo de Valencia". En El Heraldo de Madrid, Madrid, 29.01.1920, p. 2.
3. MARÍN, T.: "Misterio en el tren correo". En "Crónica negra de Alicante", en La Verdad, Alicante, 27.06.2004, p. 18.
4. "Siguen los crímenes sociales...". En El Sol, Madrid, 23.01.1920, p. 3.

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