Fiestas

Alejandro

Las fiestas se pueden vivir desde distintos aspectos, lúdicos todos ellos, que la engrandecen y hacen que las disfrutes de una manera especial. Tener un marido Embajador te llena de orgullo porque sabes que es protagonista absoluto de ese momento mágico que son las Embajadas y, sin duda alguna, La Conversión.
Cuando el Embajador Infantil es tu hijo, la cosa cambia y el sentimiento es mayor, porque es hijo tuyo y el orgullo y la emoción se desbordan. Embajador Infantil... meses y meses de trabajo, de memorización de textos, de comprensión del texto. De leer un poco todas las noches como quien lee un cuento durante meses, ensayos durante los meses previos a las fiestas...

En las fiestas de 2010, Alejandro ayudó al Embajador Cristiano a realizar la Conversión Infantil, para soltarse, para curtirse... y sin darnos cuenta llegó la Conversión 2011, en la que él era el Embajador Infantil. Sería injusto para los Embajadores resumir el acto en pocas líneas, porque no es solo que hagan las Embajadas y las hagan bien. Es la responsabilidad, en principio para contigo mismo, para tus compañeros, para el acto, para el público, es la responsabilidad para con el hecho histórico... En fin, como todo espectáculo, lleva añadido una gran responsabilidad. Y aceptarla, asumirla con nueve años, es admirable y muy, muy respetable.

Emoción y orgullo
Madrugar el día 6 para abrir el desfile concentrado en lo que viene a continuación, saber que tú estrenas (en la Conversión Infantil) el poema sinfónico de La Conversión que el año anterior estrenó tu padre… Pensar en hacerlo bien, llegar a Santiago, dominar esos nervios que nacen en el estómago y amenazan con salir, dormirlos e interpretar con profesionalidad tu papel de Embajador, meterte en él y bautizar, en un marco incomparable, delante de Nuestra Señora La Virgen de Las Virtudes, al Embajador Moro. Su padre, desde el lateral, tutelando a su hijo, para que en un momento determinado su hijo lo mire y sepa que él está ahí. Nadie como él para saber la dificultad que entraña lo que su hijo está haciendo en ese momento, emocionado, viendo en Alejandro la proyección de si mismo. Seguramente más nervioso ahora que cuando él mismo hace La Conversión. Emocionado y orgulloso. Mis hijas y yo emocionadas...
“Y a vos Sagrada María, reina del Cielo Divino [...] así lo espero Señora, que de vuestro poder Divino [...] asistido de la Gracia siempre iré por buen camino [...]”.
No puedo evitarlo, llena de orgullo de madre, aún me emociono. Alejandro se hizo y me hizo un regalo impagable...

Alicia Ester Amorós Sánchez

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba