Fiestas

Alfredo Fernández se merece un 10 como presidente y un 100 como persona

Si he tenido oportunidad de entrevistar a muchas personas durante los últimos años, pocos han dejado una huella tan profunda como lo ha hecho Alfredo Fernández, que termina, por avatares del destino, su periplo como presidente de la gestora –creada el año pasado– de la Comparsa de Moros Viejos. Su personalidad ha marcado un antes y un después en las relaciones entre presidentes, y su humildad es un ejemplo a seguir por todos los festeros de Villena.
Alfredo comenzó su andadura como festero en el seno de la Comparsa de Labradores (desde 1.971 hasta 1.989), dejando de desfilar tres años en 1986, aguantando para que sus hijas viesen el traje femenino de la comparsa para continuar desfilando ellas. Pero la aparición de las moras viejas con su traje oficial hizo que ellas optasen por este traje. Por ello en 1.992 Alfredo pasó a engrosar las filas de los Moros Viejos en calidad de socio protector y sus hijas se incorporaron a la comparsa, siendo presidente Pedro Espinosa.

Su vida era tranquila siguiendo los desfiles con su cámara, hasta que el destino hizo que su nombre apareciese en el sorteo que se realizó para elegir la gestora que ha regido la comparsa, por falta de candidatos a la presidencia. El sorteo, según nos cuenta, le deparó el nº 9 entre los gestores. Después de un año, y tras haber sido elegido como presidente de la gestora, le ha tocado abandonar el cargo ya que, en la última asamblea, Pascual Torres resultó elegido como presidente de la comparsa.

Para este festero, lo más difícil ha sido asimilar y asumir el hecho de quedarse como presidente de la gestora, aunque los amigos que después hizo entre los festeros de otras comparsas han sido lo mejor que le ha podido pasar. El salir del anonimato y recibir las atenciones propias de un presidente de comparsa, también le ha gustado. Pero la gran preocupación que le ha llevado de cabeza ha sido el tema económico, llegando incluso a pensar en no celebrar la comida de hermandad, antes de conocer el estado del balance, que ha sido de 11.000 euros, aproximadamente, más 3.000 euros pendientes de cobro que se arrastran desde años anteriores.

Ante la pregunta de si se presentaría como candidato a presidente de la comparsa, nos contesta que de momento no lo ha pensado, pero que no lo descarta si en esa directiva se implicasen los jóvenes de la comparsa, para que padecieran y disfrutaran lo que el ha disfrutado y padecido este año. De las jornadas “Entrefiestas” que le ha tocado vivir, piensa que pasarán muchos años para poder aplicar las decisiones que se tomaron, y destaca que siempre eran las mismas personas las que componían el público asistente a las mesas redondas.

El balance para él y su gestora ha sido excelente. Por ello él ha agradecido la colaboración recibida de los socios y celebra con alegría que la comparsa no haya sentido que estaba dirigida por una gestora.

“¿Y a partir de ahora qué Alfredo?”, le preguntamos para terminar. “Pepe, ¡pues como antes!, a seguir con mi cámara en los desfiles para tomar a mi comparsa y a mis hijas y sobre todo a seguir colaborando con quien me lo pida”. Hasta pronto Alfredo.

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