Algo sobra
Las Fiestas del Medievo, que según todos los comentarios han sido un rotundo éxito de participación, de organización y de público, han coincidido con el segundo fin de semana del Ecuador Festero, que a su vez comenzó prácticamente nada mas acabar el Carnaval, tres actos festivos importantes que se solapan unos a otros, no pudiendo a veces acudir a dos eventos al mismo tiempo. Ser festero no es solo la persona que desfila en los Moros y Cristianos, sino también lo es quien interviene en las fiestas del carnaval, del medievo e incluso de la Semana Santa. En estas últimas, aunque tengan un carácter religioso, la gente también las disfruta en sus diversas manifestaciones.
Por ello opino que estas tres fiestas son excesivas para un periodo tan corto de tiempo, por lo que sobraría alguna. ¿Pero cuál? Difícil elección. Vayamos por partes. La primera: el carnaval es una fiesta de carácter internacional, que se celebra en muchísimos países con diferentes connotaciones; en el nuestro, su celebración es desigual, destacan los carnavales de Tenerife y de Cádiz, siendo sus fiestas más importantes y difundidas; en nuestra provincia destaca la capital, Alicante, estando las avenidas principales a rebosar de ambiente y de público; también destacan los de Aspe y Sax, aunque en la mayoría de pueblos lo celebran con mayor o menor éxito. En el caso de Villena, desde el Ayuntamiento se quiere potenciar, pero no termina de enraizar en la población, aunque en esta edición la participación haya sido masiva y más de dos mil personas salieran a la calle. Pienso que con algunos cambios oportunos podría resurgir como hace años. Famosos eran los bailes de piñata que se celebraban en el Circulo Agrícola Mercantil; hoy día contamos con la plaza cubierta, que con una buena actuación conseguiría atraer a esos jóvenes que se desplazan a Alicante con el consiguiente riesgo que ello conlleva.
Las Fiestas del Medievo, antes Mercado Medieval, están consolidándose cada año con más fuerza, convirtiéndose todo el barrio en una gran fiesta de participación y de concurrencia, tanto de paisanos como de personas de otros municipios. Este año también pudimos observar a muchos extranjeros deambular por las calles del Rabal, disfrutando del gran ambiente allí generado.
Y por último el Ecuador Festero, que desde la Junta Central también se quiere potenciar lo que antaño ocupaba un fin de semana, con la creación de dos nuevos desfiles, el nocturno y el de los cargos festeros, junto con la fiesta de la plaza y el concierto del Teatro Chapí, utilizan dos fines de semana bastante intensos, eso sin contar la semana de concursos de parchís, truque y dominó o alguna conferencia organizada para dichas fechas.
Difícil decisión intentar eliminar o desplazar alguna de ellas, ¿el Carnaval, las Fiestas del Medievo, el Ecuador? Quizás no sería cuestión de hacer desaparecer sino de repartir o integrar, y aquí expongo mi opinión, sin que sirva de incomodo ni para crear polémica, sino por contrario, para crear un debate necesario.
Las dos primeras, el Carnaval y las Fiestas del Medievo, se celebran una única vez al año; por lo que respecta al Ecuador Festero, su fiesta grande, la del pueblo, y por consiguiente las de Villena, se realizan del 4 al 9 de septiembre, una semana antes se realiza el pasacalles y la romería, y desde el mes de junio, cuando se lleva a cabo la exaltación de la regidora, prácticamente todos los fines de semana hay alguna presentación de madrina. Pasadas las Fiestas, comienzan las comidas que se alargan todo el mes de septiembre y gran parte de octubre, en noviembre Artefiesta, con el gran desfile de escuadras especiales y boatos, y en Navidad el acto de las peinetas y los brindis, por lo que me pregunto: ¿tiene lógica celebrar el Ecuador o el medio año festero cuando hay tantos actos relacionados con las fiestas? Reconozco que cuando se creó, el carnaval estaba prohibido, no existían ni las fiestas del medievo, ni las peinetas, ni el brindis, ni Artefiesta; las presentaciones se limitaban a la regidora y su corte de honor, por lo que quizá si tuviera sentido. Pero hoy día las circunstancias han cambiado.
Eliminarlo no es la cuestión, pero me pregunto, ¿por qué ese gran potencial festero no lo derivamos hacia esas otras fiestas denominadas menores? Me explico: Villena tiene un gran carnaval con participación, espíritu de crítica, divertido, pero se celebra el 7 de Septiembre y es la Retreta. En ningún momento pretendo que se suprima, pero si los festeros se implicaran en la participación e incluso en la organización el carnaval ganaría muchísimo. Por ejemplo, este año los cargos formaron un grupo organizado donde disfrutaron del ambiente y de la música, por otro lado una mayoría de comparsas tienen sus locales sociales y de ocio en el casco histórico de Villena, lo que los integra plenamente en las Fiestas del Medievo, donde podrían abrir sus sedes y mostrar parte de su patrimonio, ejemplo de ello es el caso de los Tuareg, uno de los lugares más frecuentados durante los pasados días.
Concluyendo, creo que las fiestas de Moros y Cristianos están lo suficientemente presentes a lo largo del año en nuestra ciudad. Por el contrario otras fiestas, en concreto el Carnaval y la Semana Santa, adolecen de participación. En otras ciudades el colectivo festero colabora en cofradías y comparsas carnavaleras. A veces se nos tacha a los villeneros de que solo vivimos para las fiestas, y quizás tengan razón. Celebrar un medio año festero como si no pudiéramos aguantar once meses hasta las fiestas patronales... Las Fallas, Hogueras, Sanfermines, Feria de Abril, etc., siendo celebraciones internacionales, no celebran su ecuador, por lo que me resulta paradójico y anacrónico escuchar marchas moras y cristianas en marzo, que es igual que oír villancicos en pleno mes de agosto.
Celebremos nuestras fiestas patronales a lo grande y utilicemos nuestro potencial festero y poder de convocatoria para apoyar otras fiestas locales, ganaremos todos, lo pasaremos bien y haremos una Villena más grande y atractiva.