Algunas cosas que echarás de menos si te marchas a vivir a China
Las diferencias entre el gigante asiático y España podrían integrar una lista con metros y metros de longitud. Pensemos en los saludos chinos más habituales (¿Has comido?, ¿Dónde vas?, ¿En qué estás ocupado?), acompañados siempre de un apretón de manos, y nunca de dos besos. Tengamos en cuenta, igualmente, ciertas consideraciones cotidianas (por las que no hace falta que nos preocupamos en España), como llevar siempre efectivo encima (muchas tiendas chinas no aceptan tarjeta) o cargar con papel higiénico o gel de manos (los servicios públicos están desprovistos de ellos). Asimismo, el ocio del país asiático dista mucho del nuestro: basta recordar los populares karaokes, que los jóvenes suelen preferir a las discotecas.
Después de lo anterior queda claro que, si el lector marcha a vivir a china, echará de menos algunos aspectos de la vida en su país de origen. En este sentido, si bien la cultura es difícil de importar, siempre queda la opción de que llegue a la puerta de nuestra casa en forma de paquete. Es decir, podemos animar a nuestros familiares y amigos a que nos manden objetos que nos ayuden a superar la nostalgia: desde fotografías hasta libros, pasando por algún peluche o nuestra ropa favorita. Una buena solución para contratar un servicio de mensajería es enviar el pedido a China a través de Packlink. Se trata de un comparador online de empresas de transporte que encuentra el producto que mejor se adapta a nuestro presupuesto y urgencia.
De este modo, por ejemplo, recibiremos aquel diario que abandonamos hace año, o aquella cámara de fotos que hace mucho que no utilizamos. Ambos serán excelentes compañeros de viaje y nos permitirán dejar testimonio de nuestro país de acogida. Y es que China alberga sobrados motivos y escenarios para inmortalizar: ciudades como Pekín, Hong Kong, Pingyao o Shanghái; el parque nacional de Zhangjiajie, los Guerreros de Terracota o el Gran Buda de Leshan.
Entre los objetos que seguramente echemos de menos en la nación asiática, los mapas ocupan una posición destacada. No es solo una cuestión importante para el turista, sino que supone una herramienta indispensable para nuestras primeras semanas, en la que los nombres de las calles, las plazas o las paradas de transporte no nos sonarán a nada o, mejor dicho, nos sonarán a chino.
Asimismo, es imprescindible comprobar que hemos echado a la maleta todos los documentos necesarios: pasaporte, seguro de viaje, carnets, etc. Si, por el contrario, hemos olvidado alguno de ellos, siempre podemos pedirle a un amigo que nos lo envíe a través de Packlink.
Por último, debemos tener en cuenta que en China resulta complicado encontrar a alguien que hable inglés con soltura y fluidez. De este modo, se antoja conveniente esforzarse por conocer el idioma local. Para ello, es recomendable adquirir un método de aprendizaje de mandarín nada más aterrizar. En caso de que tengamos dificultades para localizar uno que nos convenza, siempre podremos optar por que nos lo remitan desde España.