En una mañana húmeda y con una temperatura más bien fría se celebró una edición más de la media maratón de Elche, una de las pruebas más antiguas dentro del calendario nacional de este tipo de carreras. Una vez más destacó la actuación de Andrés Micó, que aunque no logró el triunfo final, puedo haberlo hecho de haber actuado con más picardía. No obstante, el atleta villenense apostó por la deportividad.
Con más de 2.000 atletas en la salida, con muchas ganas de correr y entrar en calor, pronto se vio quiénes optaban al triunfo, formándose un grupo de cuatro corredores, tres magrebíes y Andrés Micó, primer español en la prueba, que con un ritmo vivo se iban a disputar el triunfo.
Pero hubo una circunstancia que pudo haber cambiado el signo de la prueba, pues quedando muy poco recorrido para el final, el coche que encabezaba la prueba y que indicaba a los corredores el tiempo que llevaban invertido, giró equivocadamente por una avenida siendo seguido por los atletas marroquíes, mientras que el atleta villenense, conociendo perfectamente el final, continuó por donde iba, alertando de paso a sus compañeros de carrera y haciéndoles ver su error.
En ese momento Andrés adquirió una ventaja sustancial que le habría valido el triunfo, pero su deportividad le hizo suavizar ligeramente el ritmo de carrera para que el trío de atletas de cabeza lo alcanzase, entrando los tres primeros y siendo el de Villena 4º a escasos 2 segundos. Los atletas magrebíes agradecieron a Andrés Micó su detalle, cuando perfectamente pudo entrar en solitario, pero no quiso aprovecharse de un error de la organización del que los atletas no tenían culpa ninguna. Ahí demostró nuestro atleta que las competiciones también se pueden humanizar y que en este caso primó la deportividad ante los premios a conseguir.
Nuestra más cordial enhorabuena a Andrés Micó por ser tan deportivo, pues dudamos mucho que, de haber sucedido al revés, se hubiera procedido de la misma manera.
