Ángel y Blanca, 34 y 32 años
- ¿Me llamas para esto?
- Sí, te llamo para esto.
- Qué poca vergüenza tienes.
- Quiero que te quedes con el crío este fin de semana.
- Ni lo sueñes, te toca a ti.
- Me lo debes.
- Yo no te debo una mierda.
- ¿Quién se quedó con la casa?
- ¿Y quién se quedó con el todoterreno?
- ¿Y quién se quedó con el crío?
- ¡No me salgas con esas!
- Tú no querías quedarte con el crío, preferías la casa.
- Y tú preferías quedarte con el todoterreno.
- El todoterreno me hacía falta.
- Tú lo que querías era cargarme a mí con el muerto.
- Tú tampoco querías quedarte con el crío; solo lo hiciste para joderme.
- Y tú estabas deseando largarte.
- ¿Y si se queda tu madre con el crío?
- ¿Qué me dices?
- El fin de semana, si se queda ella con el crío.
- Para eso sí que te importa mi madre.
- No me sermonees con tu madre, que cuando te casaste conmigo estabas deseando perderla de vista.
- No me vengas ahora con esas.
- ¿Y si se lo damos para siempre?
- ¿A mi madre?
- A tu madre.
- Ella tiene sus propios problemas.
- ¡Venga, si se pasa el día viendo telenovelas y sonándose los mocos!
- Lo que pasa es que tú nunca has querido al crío.
- Tú tampoco, solo lo tuviste para joderme.
- ¿Y si lo damos en adopción?
- ¿Me estás diciendo que demos al crío en adopción?
- Te estoy diciendo que lo demos en adopción.
- No puedo creer lo que estoy oyendo.
- Yo me encargo del papeleo.
- ¿Y qué gano yo con esto?
- ¡Joder, ya estás pensando en sacar tajada!
- ¿Quieres que me quede con el crío este fin de semana o no?
- ¿Y en qué estás pensando?
- El todoterreno a medias.
- ¡No me jodas!
- Fines de semana alternos, y tú pagas todo el papeleo.
- De acuerdo, pero no me jodas más.