Ante la historia
El hispanista estadounidense Stanley G. Payne, en la presentación de una de sus obras sobre el Franquismo, afirma que no resulta tarea agradable tratar sobre la Historia de España en los años que siguieron a la Guerra Civil. El periodo -concreta el historiador- comenzó con la peor etapa de la Historia de España en el siglo XX. Represión y sufrimiento, escasez y débil producción, caracterizan la posguerra, donde la Segunda Guerra Mundial vino a sumar más dificultades a las dificultades.
Agradable o desagradable la tarea de historiar aquellos tiempos, ha ocupado al profesor Fernando Costa Vidal en su último libro «El primer franquismo en Villena (1939-1945)». La faena la ha hecho con rigor. Ante la Historia. Echando mano de documentación en archivos y hemerotecas locales y provinciales. Y si por un lado está el runrún general de carencias, miedos por la represión y falta de libertades que caracterizan en general al periodo, también está la ciudad preocupada que quiere recuperar la cotidianidad atendiendo los problemas de siempre, los problemas del día a día, algunos pendientes desde los años veinte, algunos cuyas soluciones pospuso o interrumpió la guerra, algunos que, ahora, aparecerán por las circunstancias. Porque las circunstancias no fueron favorecedoras de remedios, convirtiéndose entonces en estribillo común, ante las imposibilidades, aquello estoico de «teniendo en cuenta las circunstancias por las que atravesamos...»
Entre hambres, odios, dolores y miedos, entre discursos grandilocuentes de victoria que contrastan con la sencilla resignación y los agobiados silencios que caracterizan esta etapa dura, gris y dilatada, demasiado dilatada -porque la posguerra fue demasiado larga-, entre la falta de paz y la ausencia de reconciliación, entre el adoctrinamiento, las depuraciones, el mercado negro, los abusos y los miedos de una España en constante alerta, aún en pie de guerra -véase la prevención de la Junta Local de Defensa Pasiva en Villena proyectando en 1944 excavar la peña de la Sierra de la Villa para hacer refugios capaces de albergar a toda la población en caso de bombardeo-, entre todo esto, aparece también la ciudad inquieta de siempre que quiere solucionar, como fugitiva a la tragedia incivil y a toda guerra, sus necesidades de siempre. Algunas de ellas heredadas de antiguo: Alcantarillado y control de pluviales, red de agua potable, adoquinado de calles, arreglo y pavimentación de caminos, petición de un juzgado municipal, seguridad, alumbrado y teléfono en pedanías, monumentos, infraestructuras educativas, mejoras sanitarias... Necesidades, éstas, antiguas y, otras, como la falta de energía, el abastecimiento de víveres para la población y de materias primas para las industrias, dictadas por el crítico presente, que ocuparán los desvelos en estos años. Años en los que, por otro lado, Villena no pudo dejar de mirar al mundo cuando veintiséis paisanos participaron voluntarios en la División Azul. ¿Románticos ¿Idealistas ¿Aventureros ¿Insensatos ¿Acaso sólo jóvenes?
Cuando la «Revista del Vinalopó» del Centre d'Estudis Locals dedicó en 2001 un dossier a la implantación del franquismo en las comarcas del Vinalopó, lamentamos que entre los artículos publicados no hubiera alguno dedicado específicamente a Villena. Con su nuevo libro, Fernando Costa Vidal ha saciado nuestra curiosidad localista sobre este periodo y lo ha hecho con profesión al proponerse y conseguir una objetividad máxima para tratar un tema que aún despierta fobias y querencias que distorsionan el debate histórico alejándolo más allá de la pasión historiadora, fobias y querencias que desgraciadamente todavía distorsionan, con pretensiones históricas o no, la memoria.
El libro «El primer franquismo en Villena (1939-1945)» de Fernando Costa Vidal, con prólogo de Juan B. Vilar Ramírez, editado por el Ayuntamiento de Villena en la Colección Legajos del Archivo, se presenta hoy viernes 23 de noviembre. Será a las 21 horas en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura de Villena.