Antonio García López. In memoriam
Inspirado en una frase propia de la mochila religiosa que Antonio, como cristiano viejo y convencido, utilizó para dar sentido a la dedicación absoluta que siempre practicó durante toda su vida en favor de los más desfavorecidos de su ciudad: Si el grano de trigo no muere, no llega a dar fruto, quiero publicar a los cuatro vientos del movimiento asociativo de FEAPS lo importante que fue y sigue siendo el ejemplo de su primer presidente, Antonio García, para la acción transformadora y de cambio en pro de los derechos de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo.
Si el grano de trigo no muere. Es cierto que Antonio ya hace tiempo que murió para sí mismo y dedicó sus mejores años, todas sus energías e influencias, al movimiento asociativo de familias de personas con discapacidad, pero también es cierto que ha debido morir físicamente para que la valoración y el reconocimiento de su entrega vuelva a vivir y continúe dando frutos en la realización de nuestras buenas prácticas, las cuales, estoy seguro, no le importará que sean mejores que las suyas y, ojo, que nos puso el listón muy alto.
Se empeñó en que su ciudad reconociera como ciudadanos de primera a las personas con alguna discapacidad; consiguió convertir la ciudad de Villena en una de las ciudades mejor equipadas en servicios para estas personas; convenció a la mayoría de los habitantes de su querido pueblo para que consideraran la obra social y profesional de APADIS como patrimonio de toda la ciudadanía villenense y consolidó una red de servicios que, aunque nacidos desde la caridad, han llegado a ser verdaderos defensores de los derechos adquiridos por justicia e irrenunciables de todas las personas con discapacidad vivan donde vivan.
Por eso, cuando llegó el momento de consolidar administrativa y políticamente todas estas conquistas a nivel autonómico, APADIS ofreció a su mejor y primer espada para presidir y liderar la creación de la Federación Autonómica de Asociaciones de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo, FEAPS. Antonio se entregó durante años a esta labor sin quedarse cómodamente a la sombra del campanario de su hermosa parroquia, sino que impulsó un movimiento asociativo autonómico, unido a la Confederación Española FEAPS, como presidente para crear una conciencia, entre los políticos y entre la ciudadanía, de cómo se debía tratar y respetar a estas personas, a sus familias, a los profesionales, a los voluntarios y a las asociaciones que representan a las personas con discapacidad intelectual.
Desde estas páginas, queremos rendir un sincero homenaje de gratitud a Antonio García, a su mujer, a su familia y a la Asociación APADIS, que supieron compartir con todos nosotros la generosidad y el buen hacer de una de las personas más significativas en la consecución de un mayor y mejor nivel de calidad de vida para las personas con discapacidad intelectual y de sus familias, a través del trabajo compartido, de la colaboración sincera y del intercambio de los valores de cada entidad.
Descansa en paz, Antonio, que lo tienes bien merecido y procuraremos tenerte en nuestra memoria activa.