Antonio, hace más el que quiere…

Quiero pensar que el contenido del artículo publicado por Antonio Sempere sobre la dificultad que –al parecer– ha tenido para enviarme un correo electrónico se debe al tiempo que lleva alejado de la vida cultural de Villena, más a que pudiera obrar de mala fe en lo que dice.

No obstante, como se afirman cosas en el artículo que pudieran dejar en entredicho no mi labor como director de la Casa de la Cultura, sino la del resto del consejo de redacción de la Revista Villena, o la del equipo del centro cultural, me permito contestar a Sempere, que me da la impresión de que no tiene toda la información que como periodista debería tener.

Las direcciones de correo electrónico de la dirección de la Casa de la Cultura y del propio centro son públicas y se encuentran publicadas en numerosos medios: página web de la Casa de la Cultura, del Ayuntamiento, etc. Ignoro dónde ha obtenido la dirección que publica Antonio Sempere en su artículo, pero evidentemente es errónea.

También ignoro si, ante la devolución de los correos que el autor del artículo manifiesta que tuvo, trató de contactar telefónicamente con la Casa de la Cultura. De haberlo hecho, estoy completamente seguro de que el personal del centro le hubiera indicado la dirección válida.

Como bien afirma en su escrito, Antonio Sempere y yo somos de la misma generación y también compartimos algunas amistades, por lo que sin hacer un conteo muy preciso se me ocurren, al menos, veinte personas que son conocidas comunes. Estas amistades seguro que le hubieran podido facilitar, no solo mi dirección de correo electrónico, también el número de mi teléfono móvil sin duda alguna. Por razones más que obvias no relacionaré aquí los nombres de estas personas.

En lo que se respecta a la intención del autor del artículo de enviar una colaboración para el próximo número de la Revista Villena, “lo primero que oigo”, como se dice popularmente en nuestro pueblo.

Pero es mi obligación aclararle, y de paso servirá también para que toda la ciudadanía tenga conocimiento de ello, que la revista anual “Villena” tiene constituido desde hace más de una década un consejo de redacción, nombrado por la concejala de Cultura, para que le asesore, proyecte, revise, corrija y edite publicación. Desde hace años la dirección de la revista, que ostenta siempre el responsable político del área de cultura, invita a publicar a los autores y autoras que vienen participando en la revista año tras año, como norma de cortesía por su participación voluntaria y desinteresada.

Eso no quiere decir que otras personas y colectivos no puedan publicar en la revista. Es el propio consejo de redacción quien determina, en función de la línea editorial que se acuerda seguir en cada número, la petición de colaboraciones a personas e instituciones que considera que pueden aportar y enriquecer el contenido de la publicación. Estas colaboraciones, tanto las regulares como las ocasionales, son perfectamente compatibles con artículos que ciudadanos y ciudadanas de manera desinteresada envían al consejo de redacción para que valore su inclusión en la Revista. Son considerables los ciudadanos y ciudadanas que, sin haber recibido invitación expresa, consultan y envían sus colaboraciones. Entiendo que el señor Antonio Sempere podría haber hecho lo mismo si realmente tenía intención de publicar un artículo en la “Revista”.

No acabo de entender que Antonio Sempere considere una bajeza llamar por teléfono a la Casa de la Cultura –lo hace mucha gente todos los días para participar, opinar e informarse– para que le pudiéramos ayudar a resolver su problema.

Carece de sentido detenerse a polemizar aquí sobre el resto de cosas que Sempere menciona en su artículo, porque sería entrar en un juego al que no estoy dispuesto a jugar. En este caso creo que va a tener que jugarse un solitario.



Lo único que diré es que, si realmente Antonio Sempere quiere publicar un artículo en la Revista Villena, no tiene más que enviarlo a [email protected]. A pesar de que estamos fuera de plazo, no tendremos inconveniente en valorar su inclusión, como hacemos con el resto de colaboraciones que se nos envían.

Si lo que persigue también es que le dé las gracias por un artículo que escribió hace meses lo hago ahora sin ningún problema. No tengo por costumbre leer lo que Antonio Sempere publica y, si no recuerdo mal, leí el artículo varias semanas después de que viera la luz, porque alguien me pasó el enlace. Es cierto que debería habérselo agradecido, aunque no creo que esa fuera su intención al escribirlo. Pero no recuerdo por qué no lo hice entonces, no me considero una persona que no agradezca estas cosas: con lo dura que es la soledad del corredor de fondo se agradece que alguien valore tu labor. Lo olvidaría porque yo sí que no tengo ninguna dirección de correo electrónico de Antonio Sempere, pero seguro que la hubiera encontrado.

Por: José Ayelo Pérez