APADIS se posiciona contra la nueva Piscina Municipal y la gestión de la anterior alcaldesa

La directiva de APADIS ha comparecido hoy para exponer la difícil situación económica de la asociación, que ha acabado el año con un déficit de más de 150.000 euros, causados en su mayor parte por la Piscina Cubierta. Aunque hasta el momento la asociación había sido muy prudente al referirse a la nueva Piscina Municipal, su presidente, Luciano Martínez, ha expresado su pesar por la apertura del Centro Deportivo, culpando a la anterior alcaldesa de cerrarse ante la decisión “unilateral” de construir este edificio y de no haberse preocupado por cómo afectaría a APADIS.
“Era intratable hablar de este tema con la anterior alcaldesa”, aseguraba Martínez. Con sus declaraciones de hoy, APADIS quería aclarar a la población que desde su primera reunión con Celia Lledó, le expusieron su preocupación por la construcción de una Piscina Municipal en el centro de Villena, pero la respuesta que obtuvieron fue “que era un proyecto de su programa político y saldría adelante contra viento y marea”.

Martínez iba más allá al cuestionar el contrato firmado con la nueva piscina, que exime de riesgos a la empresa gestora y compromete al Ayuntamiento a ayudarles si hay pérdidas. “No entendemos en qué estaría pensando quien firmó ese contrato”, indicaba el presidente, “que además perjudica a nuestra piscina, de la que durante años todo el pueblo se ha beneficiado y ahora se verá en la situación de tener que cerrar porque alguien ha querido hacer una piscina en Villena sin pensar en las consecuencias”. El presidente insistía en que no es un partido político el que se ha equivocado, sino que “nos estamos enfrentando a la decisión unilateral de una persona”.

APADIS llegó a ofrecerles sus terrenos para realizar un complejo deportivo cerca de sus instalaciones, y advirtió al anterior equipo de gobierno que la piscina era poco rentable. La asociación explicaba que “habríamos tenido pérdidas desde el principio si sólo tuviéramos en cuenta a los usuarios y no la gente que se hacía socia por colaborar con la obra social, y no quiero pensar qué pasara con las dos piscinas abiertas”. Estas inquietudes se las hicieron llegar al alcalde, Francisco Javier Esquembre, en una reunión mantenida ayer.

La difícil situación económica ha hecho que la piscina de APADIS, que en momentos de bonanza llegó a tener 2.000 socios, ahora cuente con 1.060. La directiva se ha visto obligada a aumentar la cuota en 45 euros anuales y agradecía la comprensión de la ciudad y la comarca ante estas medidas, “absolutamente necesarias”. Juan José García, vicepresidente, ha recordado que “nuestros atendidos necesitan la piscina como pan de cada día” y que desde allí se ha realizado un servicio social que en la nueva piscina no ofrecerá. La piscina de APADIS sigue siendo más económica “porque no se plantea como un negocio” y recordaban que la cuota familiar mensual con hijos menores de 18 años es de 20 euros y hay grandes ventajas para la tercera edad.

”La situación de APADIS está muy mal”
Al margen de la situación de la piscina, y a pesar de haber realizado una “reconversión tremenda” para no acabar 2012 en la misma situación que 2011, disminuyendo los gastos y aumentando las cuotas del taller en 65 euros mensuales, desde la directiva afirmaban que si no detienen esta espiral, “APADIS podría acabar en bancarrota” ya que los convenios con las administraciones no contemplan todos los gastos.

Martínez insistía en que APADIS “no puede cerrar ningún servicio, pues todos son necesarios, ni puede prescindir de trabajadores porque están incluidos en los ratios de los convenios”, pero admitía que mantienen importantes demoras en las nóminas de los más de noventa trabajadores y que los retrasos inusuales de Conselleria en el pago de las subvenciones les mantienen con la incertidumbre desde septiembre. Conselleria de Educación debe unos 92.000 euros y hasta ahora la directiva soportaba los retrasos con una póliza, que en estos momentos está agotada.

Luciano Martínez destacaba que la situación de APADIS afecta entre trabajadores, atendidos y padres a unas 600 personas y señalaba que hay servicios más deficitarios que otros, como el Colegio o el Centro de Atención Temprana.