Sociedad

APADIS y otras asociaciones de Villena protestan durante la visita del conseller de Bienestar Social

Jorge Cabré, conseller de Bienestar Social y Justicia, se ha trasladado hoy hasta Villena para inaugurar el Espacio Joven, edificio dedicado a la juventud que se construyó gracias al Plan Confianza y que comenzó a funcionar el mes pasado. Trabajadores y directiva de APADIS y otras asociaciones como Alzheimer o el Cris, se han concentrado a las puertas del nuevo centro para reclamar al conseller el pago retrasado de las subvenciones.
Las reivindicaciones de las ochenta personas que coreaban al paso del conseller “Nuestro dinero, ¿dónde está?”, han obtenido una respuesta que, aunque no terminaba de contentarles, al menos permitirá que puedan cobrar hasta junio o julio, cuando “volverá a repetirse esta situación”, según auguraba Paco Iniesta, trabajador de APADIS. Los más de ochenta trabajadores de esta asociación llevan casi cuatro meses sin cobrar, y han aprovechado la visita del conseller para continuar con sus movilizaciones y recordarle a Cabré la deuda que la conselleria de Bienestar Social mantiene con las asociaciones sociosanitarias de Villena.

Esta mañana, el conseller se detuvo de camino al Espacio Joven para intercambiar unas palabras con el presidente y la gerente de APADIS mientras los trabajadores continuaban protestando a su paso. Según aseguraba más tarde el propio Cabré, hoy mismo se ha ordenado desde Conselleria el pago a la patronal de casi 7 millones de euros, de los cuales 360.000 corresponden a esta asociación. La residencia de APADIS y el taller ocupacional entrarían en este pago, pero quedaría todavía pendiente la subvención correspondiente al centro de atención temprana y el taller ocupacional.

“Nos hemos retrasado un mes en los pagos”, reconocía el conseller, que se ha disculpado de la demora y ha asegurado que están haciendo todo el esfuerzo para que esta situación no se repita. “Que la gente tenga la tranquilidad de que los servicios públicos como este se van a mantener; Conselleria mantiene las subvenciones y el mismo presupuesto en servicios sociales”, prometía Cabré, que considera que mucha gente “no quiere entender la realidad que atravesamos” y presumía de dar la cara y las explicaciones oportunas a los afectados.

En su discurso de inauguración, el conseller se ha referido varias veces a los ajustes que está llevando a cabo tanto el gobierno central como el autonómico. “No se recorta, se ajusta”, indicaba Cabré, que insistía en que los dirigentes son los primeros que quieren mantener todos los recursos públicos, pero aunque “a corto plazo todo puede mantenerse, hay que pensar en un futuro; hay que recortar para mantener lo que es necesario mantener”.

Por su parte, el equipo de gobierno le ha hecho llegar al conseller las reivindicaciones de las asociaciones sociosanitarias como APADIS o el Cerezo y le ha entregado un dossier con la deuda detallada que la conselleria de Bienestar Social mantiene con el Ayuntamiento y que supera el millón de euros, que el gobierno local ya ha adelantado al Cris y las viviendas tuteladas. Según indicaba el alcalde, Cabré ha asegurado que leerá el escrito con determinación y ha anunciado que está trabajando para saldar también la deuda con el Ayuntamiento de Villena.

Los trabajadores, inconformes
Los trabajadores de APADIS no se mostraban aliviados con la promesa del conseller y anunciaban que continuarán con las movilizaciones. “El motivo de la protesta no es solo el impago de estos tres meses y medio, sino el modelo existente, que hará que la situación se repita como ha ocurrido otros años”, explicaba un trabajador. Paco Iniesta recordaba que las asociaciones piden préstamos para afrontar los retrasos en las subvenciones, pero son ellas quienes deben pagar los intereses y desde 2009 no ha aumentado ninguna partida, aunque sí los precios de todo.

Fernando de Gea, también trabajador de APADIS, rememoraba los 15 años que estuvieron luchando por conseguir un convenio autonómico que les homologara con el sector público. “La intención de Conselleria ahora es que las asociaciones no firmen más convenios de este tipo y volvamos a la situación de 1990”, indicaban los trabajadores, que temen que en 2013, cuando vuelve a negociarse el convenio, den un paso atrás en sus derechos laborales. El ratio actual, de un trabajador para ocho usuarios, pasaría a uno por cada diez, con lo que eso afecta a la calidad del servicio. "Están persiguiendo el modelo geriátrico, donde una empresa privada incluye a mayores, discapacitados o enfermos mentales en el mismo espacio", deducen los trabajadores.

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