Aprobada la Ordenanza para la ocupación de vías públicas con mesas, sillas y otros elementos auxiliares

El Pleno ordinario de julio del ayuntamiento de Villena ha aprobado definitivamente, tras rechazar las alegaciones presentadas por las asociaciones empresariales, la nueva Ordenanza Reguladora de la ocupación del dominio público municipal con mesas, sillas y otros elementos auxiliares. Por tal motivo hemos hablado con Francisco Hernández en representación de ASHOVI, la Asociación de Hosteleros de Villena, sin duda el colectivo más afectado por la nueva normativa.
¿Era necesaria esta Ordenanza?
Cada Corporación tiene sus ideas y quiere llevarlas a cabo, así como sus compromisos con sus votantes, pero no creemos que fuera necesario, porque el tema estaba bastante bien regulado y, sobre todo, funcionaba.

ASHOVI siempre ha tenido una buena relación con el ayuntamiento. ¿A qué creen que se debe este cambio en la normativa?
Siempre hemos tenido una buena relación, con algunos puntos de fricción, como es normal. Respecto al cambio, imaginamos que entenderán que es beneficioso para el pueblo, pero existen puntos en la normativa con los que no estamos de acuerdo, y ese desacuerdo se va a mantener pese a su aprobación. En cualquier caso, nuestra actuación ha sido en todo momento la correcta, hablando con ellos, sin salir en los medios, intentando alcanzar acuerdos y alegando finalmente contra aquellos puntos que no compartimos –que no son más que dos o tres, que se meten directamente en cómo gestiona cada persona su empresa, algo que no podemos aceptar–, porque en general entendemos que se puede asumir la norma.

¿En qué afecta la nueva normativa al sector hostelero de Villena?
La Ordenanza afecta a todo el suelo urbano: comerciantes, hosteleros y cualquiera que tenga un local de acceso público o, por ejemplo, un toldo hacia la calle. El problema de los hosteleros es que personas que han hecho grandes inversiones hace muy poco tiempo van a tener que volver a invertir para adaptarse, y en estos momentos tan complicados económicamente para todos, eso no es posible. Nos dan tres años de plazo para la adaptación, pero en muchos casos no hay tiempo para amortizar esas inversiones iniciales.

Son modificaciones que afectan mucho a la estética, ¿no?
La norma dice que tienes que cambiar los colores del toldo, sombrillas, etc. y adaptarlos a un rango de colores fijado por el ayuntamiento, pero en algunos casos eso supone cambiar la imagen corporativa de un local, que son palabras mayores. Y si empiezan a decirnos qué colores tienen que usar nuestras empresas, van a acabar imponiéndonos cómo tienen que vestir nuestros camareros, y hasta ahí podíamos llegar.

Tres años significa que será el próximo de gobierno y no el actual el que tenga que lidiar con el cumplimiento de la Ordenanza…
En tres años y en unas elecciones pueden pasar muchas cosas. Quedamos a expensas de que finalmente quien gobierne entonces decida si se aplica o no.

¿Va a pedir ASHOVI que se aplique la ordenanza de locales festeros?
Llevamos años con esto. Finalmente la Generalitat sacó una normativa que trabajamos junto a los técnicos municipales y de hecho se cumple en los locales de las comparsas. Hace un par de años sí se puso el ayuntamiento muy vigilante con el tema de los locales privados, pero ahora no sabemos qué va a pasar. Respecto a esos locales, donde se sirve, y en algunos casos se vende, comida y bebida sin control alguno, sí lo hemos denunciado al ayuntamiento, porque nosotros tenemos todo tipo de condicionantes y sufrimos muchas inspecciones, y en cambio nadie controla esos locales, que merman los beneficios de las empresas y por ende la contratación de personal. Como se suele decir, o todos moros o todos cristianos.

Algunos hosteleros han llegado a proponer, como medida de presión, una huelga durante las Fiestas… ¿Se ha barajado realmente algo así?
Somos un sector muy beligerante. Mientras vamos trabajando y sacando adelante a nuestras familias no hay ningún problema, pero si en medio de una crisis como la que vivimos, todas las administraciones –local, autonómica y nacional– nos siguen apretando, aumentando nuestros gastos cuando los ingresos no hacen más que reducirse, no descartaría que en cualquier momento pueda surgir una u otra protesta.