Apaga y vámonos

Arrimando el hombro (Gracias, amig@s)

Está visto que el último fin de semana de abril –o el primero de mayo, según se mire– no es el mío, señora. Si del año pasado recuerdo una de las peores resacas de mi vida, cosas de la Feria del Vino, de éste lo que me queda es un atracón de mover muebles y cajas que a nadie se lo deseo.
Como ya sabrán a estas alturas, El Periódico de Villena se ha mudado, y no se les ocurrió mejor cosa al tirano del director y a su adlátere el señor Valdés que echar mano de agenda y móvil y amargarnos el puente a los desgraciados que no tuvimos la suerte de estar lejos, como Mateo o Fran, lejísimos, como Isabel, o hasta arriba de codillo del bueno, como el Observador. Así las cosas, este año no ha habido Feria del Vino, ni del Libro, ni de nada donde no hubiera que trabajar: sólo kilos y más kilos que mover de un lado a otro mientras nos restregaban por la cara el recuerdo insolente de tantas y tantas cosas que guardamos por si acaso y que, no sin esfuerzo, acabamos admitiendo que no sirven absolutamente para nada, ni tan siquiera para la nostalgia.

Total, amigos, que el Aure ha pasado pringado el fin de semana. Al igual que el bueno de Andrés, que no sé si será por aquello de hacer doblete con las columnas, pero tenían que verlo arramblando escaleras arriba con todo aquello que se le pusiera por delante. O a Pablo Domene, que no escribe columnas pero se encarga de que salgan muy bien maquetadas todas las que escribimos los demás, incluida la que nunca ha querido escribir Vicente Soler, y eso que le ha sido ofrecida en reiteradas ocasiones. Quizá piense que con eso de tener fragoneta y muchos amigos ya tiene bastante suplicio… Por aquello de la paridad, y por si a alguien le quedaban dudas, habrá que nombrar también a María Dolores, a Carolina, a Rosa, a Pepa, a Mavi y a Maripepa, además de a Encar (mil perdones por el comentario del sábado), que también se han dejado caer para arrimar el hombro un rato y hacernos las cosas un poquito más fáciles a todos.

Asimismo, y a pesar de una molesta lesión, se apuntó a la fiesta Ángel Simón, es decir, Chimo Valiente, que haciendo honor a su apellido se portó como un campeón. Y a última hora, y puesto que pasaba por allí, se nos unió Juan Ángel Conca, que aunque no es de la Casa sí pertenece a la Cofradía de la Columna. Es más, los dos, codo con codo, se encargaron de rematar la faena subiendo hasta la nueva redacción el último mueble.

Por si aún no han caído en la cuenta, José Joaquín Valiente se presenta a las próximas elecciones locales, por el Partido Popular, con el número seis, mientras que Juan Ángel Conca hace lo propio, aunque por Los Verdes, con el número tres. Por aquello del follón de la mudanza nadie llevaba una cámara a mano en ese momento, pero al asomarnos al rellano y ver dicha imagen, además de hacer alguna broma que otra, todos acabamos pensando –esta vez en serio– lo mismo que creo que usted debería estar pensando ahora: en el fondo, viene a dar lo mismo donde milite uno o qué intereses concretos tiene, porque lo que es incontestable es que cuando todos arrimamos el hombro y empujamos en una misma dirección, cualquier cosa, por complicada que parezca, se vuelve mucho más fácil. ¿Y si en lugar de mudanzas habláramos de Villena?

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