Arte sin prejuicios
Abandonad toda esperanza, salmo 55º
La editorial española Ponent Mon, pese a especializar buena parte de su catálogo en cómic japonés, ha tenido a bien publicar aquí dos de las más interesantes obras aparecidas recientemente en el mercado francés. Si las licencias son de la calidad de estas novedades que aquí comentamos, bienvenidas sean.
La primera es Fresa y chocolate, un diario íntimo donde su autora, Aurélia Aurita, desvela sin tapujos las intimidades de su relación amorosa con otro autor del llamado nouvelle manga: Frédéric Boilet, a la sazón padrino artístico de la autora franco-japonesa.
A primera vista, el mérito de la obra puede parecer limitado: sus ilustraciones no pasan de ser en ocasiones meros bocetos; pero si recuerdan lo que ocurrió con Catherine Millet y su libro La vida sexual de Catherine M., entenderán su principal razón de ser: la de ver a su autora desnudarse en cuerpo y alma, y con un impudor que roza la desvergüenza más absoluta, ante toda una legión de lectores.
A través de sus páginas el lector se convierte en un voyeur, obligado a observar la intimidad de los amantes: los encuentros sexuales, las cenas, los viajes... Elementos mediante los que la autora consigue transformar en arte algo en principio tan inasible como el amor y las dudas que éste conlleva.
Para disfrutar como se debe de Fresa y chocolate hay que dejar a un lado los prejuicios. Me gustaría saber qué pensarían de ella los protagonistas de Período glaciar, de encontrársela en mitad de un paraje helado: en una Tierra que en el siglo XXXI se halla en estado de glaciación, y sobre un París sepultado bajo el hielo, unos arqueólogos y sus perros alterados genéticamente para dotarles de la capacidad de hablar se encuentran con un misterioso lugar lleno de representaciones pictóricas que hacen referencia a tiempos pasados.
Nicolas de Crécy ha dicho de su obra: "surgió de la sensación que tuve al volver al Louvre: frente a la increíble riqueza de las colecciones expuestas (...) me sentí totalmente inculto. Así pues, se me ocurrió crear personajes aún más incultos que yo, que descubren miles de años después el Louvre. Ignoran todo de la historia de la humanidad expuesta; ni siquiera saben qué es un museo. Estos personajes se pasean por el Louvre creyendo descubrir una misma y única civilización existente en un momento dado. Sin ninguna referencia, van, pues, a proponer explicaciones completamente desfasadas, extravagantes, insensatas". Ésta es la inteligentísima y provocadora premisa de la obra: un mundo donde el concepto de Arte como tal ha desaparecido, y donde el Museo de Louvre está cargado (aún más) de misterios y sugerencias.
Uno de los mayores placeres del Arte (desde la escultura al cine, sin olvidar los graffitis, las performances y, claro, los cómics) supone a su vez uno de sus mayores problemas: conocer su Historia nos lleva a disfrutar más de las obras, pero al mismo tiempo nos llena de prejuicios. Hagan lo posible por deshacerse del lastre y disfruten de estas dos maravillas.
Fresa y chocolate y Período glaciar están editados por Ponent Mon.