Apaga y vámonos

¡Aúpa Leyendas!

Tras la traca informativa de estas últimas semanas, voy a intentar no repetirme mucho al respecto de los dos festivales que ha acogido con rotundo éxito nuestra ciudad. Todos tenemos ojos y hemos podido ver lo que son y lo que mueven, y creo que existe un amplio consenso al respecto de que son beneficiosos para Villena.
Lo que vengo a proponer hoy, a todos, es pasar página respecto a los problemas que algunas personas y partidos han querido ver en la celebración en Villena de estos eventos y trabajar juntos en minimizarlos con vistas a próximas ediciones, intentando además que su permanencia en Villena vaya más allá de esos dos años que aún quedan firmados por convenio.

Se empeñaba un villenero el día después del Aupa Lumbreiras en mostrar fotografías de la suciedad que quedó en la zona de acampada, lo que daba pie a que otras personas recriminaran a los medios (EPdV entre ellos) que “solo mostraran las fotos buenas”. A esas personas les diría que, cuando cubrimos otro evento multitudinario –La Entrada, por ejemplo–, todos intentamos reflejar en fotografías el colorido de los trajes o la multitud y alegría del desfile, y nadie nos recrimina por no sacar fotos de la Avenida de Alicante y alrededores llenos de basura y meados. Obviamente, aquí pasa lo mismo. Es metafísicamente imposible juntar a 12.000 festeros (muchos de ellos alegres) y 3.000 músicos, o a más de 12.000 personas en un festival de música, igualmente alegres, sin que ello suponga molestias y genere problemas de organización, limpieza o higiene. Pero como todos somos civilizados, basta darse una vuelta por Villena el día 10 de septiembre o por el polideportivo y la zona de acampada hoy mismo para comprobar que todo está como estaba antes de empezar. Y aquí paz y después gloria.

Y políticamente hablando, tres cuartos de lo mismo. A quienes han hecho todo lo posible para que estos festivales no salieran adelante, les pediría que, a la vista de los hechos, reflexionen. Que se den una vuelta por el pueblo y pregunten a hoteleros y propietarios de campings y casas rurales; que se informen de primera mano de cuánto se ha gastado en bares y restaurantes, de cuánto se ha comprado en tiendas y supermercados, de cuántas familias han alquilado pisos o habitaciones, de cuánto se ha vendido en estancos, farmacias, gasolineras, agencias de viajes… por no hablar de la publicidad que ha recibido nuestra ciudad en medios como El País, la Cadena Ser, Radio3 de Radio Nacional de España, La Sexta e infinidad de medios regionales, provinciales y especializados. Negar que estos eventos son positivos para Villena y para los villeneros solo demostraría una preocupante ceguera indigna de quien aspira a gobernar nuestra ciudad.

Por ello, y aunque sea por una vez, vayamos todos a una. El equipo de gobierno, a asegurarse de que con vistas al próximo año todas las licencias y permisos del polideportivo estén en regla con meses de antelación. La oposición, a utilizar sus contactos en Valencia para que lo que este año han sido trabas se conviertan en facilidades en próximos ejercicios. La organización, a mejorar aquellas cuestiones que este año hayan podido suscitar más quejas, como las condiciones de la zona de acampada o la falta de seguridad en la misma. Si todos remamos en la misma dirección, podremos disfrutar durante años de dos eventos que todavía pueden ir a más, crecer y consolidarse como una cita ineludible en las agendas de miles de personas que, verano tras verano, volverán a una ciudad que acabarán sintiendo como propia.

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