Aviana en el barranco de La Hoz, en Moixent
No importa la actividad que vayamos a realizar, lo que importa es disfrutar del monte, de su recorrido y con quién lo compartes
Un domingo más 58 socios de Aviana realizamos una nueva salida, esta vez hacia Moixent/Mogente, localidad situada a la orilla del río Cáñoles, a los pies de la Sierra Grossa.
En esta ocasión hemos realizado el viaje en coches particulares para iniciar la travesía lo más cerca posible del barranco ya que es una ruta de 17 kilómetros y se tarda más de 4 horas en recorrerla.
Sobre las 8 de la mañana aparcamos los coches junto a un muro de contención del profundo barranco de la Hoz, una maravilla geológica. Una vez allí se nos une un pequeño grupo de amigos de la localidad, buenos conocedores de la zona, pertenecientes a la Penya Senderista El Guerrer. Agradecemos enormemente su compañía y la información del recorrido.
Seguimos una senda que desciende hasta su lecho rodeados por una abundante vegetación: pinos, algarrobos, madroños, enebros de distintas variedades y otras especies de monte bajo. Quedamos fascinados por la belleza de la zona y por el aroma que desprenden las plantas aromáticas cubiertas de humedad por las recientes lluvias.
El camino no es complicado porque vamos alternando caminos y sendas que nos llevan a un abrigo rocoso, aunque, en algunas ocasiones, debido a la humedad, sufrimos algún que otro resbalón y hemos de ir con cuidado. A continuación, descendemos al fondo del barranco por una pista pedregosa y con fuerte desnivel de bajada. Una vez allí, hay que seguir por el lecho con tramos de acumulación de guijarros redondeados y algunas pozas. Antes de que termine el barranco ascendemos por una pista y podemos ver formaciones muy llamativas que recuerdan al oeste americano.
Sobre las 10:30 de la mañana, pasamos por una fuente de tres chorros fechada en el año 1776, llamada Las Arenas. A unos 300 metros de allí hay una explanada con unas casas, también llamadas Las Arenas, donde paramos a almorzar tras haber alcanzado el punto más alto del recorrido. ¡Qué bueno está todo cuando lo compartes con amigos!
Una vez se han repuesto las fuerzas, volvemos a la fuente para, desde allí, iniciar el regreso hacia el barranco, pero, en esta ocasión, lo hacemos por un camino muy cómodo dónde disfrutamos de un momento espectacular de colorido cuando el sol asomó por entre los árboles.
Casi al final del recorrido paramos a hacernos unas fotos y, los compañeros de Moixent nos explican la historia de las semillas de la algarroba y su relación con el quilate. También nos cuentan que el algarrobo frente al que estamos pasando se lo conoce en el pueblo como “El algarrobo de la hora” porque es el tiempo que se tarda en llega desde allí hasta la localidad.
Sobre las 13:15 horas terminamos esta excelente ruta, despidiéndonos de los amigos senderistas con el ánimo de volvernos a encontrar pronto. No importa la actividad que vayamos a realizar, lo que importa es disfrutar del monte, de su recorrido y con quién lo compartes.
Por: Aviana