Aviana en el Parque Natural del monte Arabí (Yecla)
El día 4 de mayo, Aviana se desplazó a la vecina ciudad de Yecla para visitar el parque natural del monte Arabí. Se trata de una elevación montañosa puntual con una altitud máxima de 1.068 metros en donde se encuentra un destacado enclave arqueológico, biológico y geológico.
En sus faldas hay restos arqueológicos que datan desde el II milenio a. C., hasta la etapa de la romanización, tales como cazoletas y petroglifos. Pero sin duda alguna, el tesoro más valioso que guarda este espacio natural es el arte prehistórico: arte levantino y arte esquemático, 10.000 y 6.500 años a. C. respectivamente, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998. En cuanto a su modelado geológico es de naturaleza kárstica, donde la erosión del agua y el viento han configurado cuevas, galerías y formas ciertamente curiosas en sus rocas.
Comenzamos la ruta desde la casa del guarda, visitando las cazoletas del arabilejo (o cerro del Moro) donde todavía se conservan restos de una muralla de la fortaleza de un antiguo poblado. A continuación, por una senda que discurre por las faldas de la montaña, con caprichosas formaciones de roca, entre las que destaca Arabí mon amour, una roca con una oquedad en forma de corazón. Desde allí, nos dirigimos hacia la Cueva de "La Horadada", perforada en su techo por la acción erosiva del agua, donde hicimos un alto en el camino para contemplar su espectacular forma. Después de la visita de la cueva y pasando por el área donde se encuentran las pinturas rupestres, ahora debidamente protegidas, nos dirigimos hacia el punto más alto de la ruta, el vértice geodésico del Arabí con 1.068 metros, en donde tuvo lugar el almuerzo y el encuentro con un grupo de senderistas provenientes de Elche que realizaban el mismo recorrido en sentido inverso.
Después del almuerzo, las pertinentes fotos y de despedirnos de nuestros compañeros de Elche, iniciamos el descenso hacia el punto de partida, realizando una infructuosa visita a la Cueva del Tesoro (galería subterránea de entre 50 y 100 metros de largo), que debido a la estrechez de la entrada desistimos de visitar en profundidad.
El recorrido, en un día soleado de primavera, rodeados de pinos carrascos, con algunas encinas, coscoja, sabina negral, madroño, efedra, espino negro, jara blanca y los espartos y las albaidas en floración, fue como de costumbre un día de buen contacto con la naturaleza y de sana convivencia con el siempre presente espíritu de Aviana.
Mavi Pardo Luna
Mateo Hernández Mollá