Con un pronóstico de lluvia para esta mañana de otoño, un grupo de 36 socios de Aviana, con muchas ganas de practicar el senderismo, pero bien provistos de chubasqueros y paraguas, nos dirigimos a Peña Rubia. Aparcamos los vehículos donde acaba el camino asfaltado y comenzamos la ruta ascendiendo por una estrecha senda con fuerte pendiente. El camino discurre entre pinos y las formaciones rocosas que forman Peña Rubia, hasta alcanzar la caseta forestal del Estallador.
A partir de aquí continuamos por la umbría de la Penya Tallada, rodeados por una verde alfombra de musgos y líquenes que debido a las lluvias de este otoño presentaban un hermoso aspecto. Continuamos caminando junto a los espectaculares roquedos que forman la cara norte de esta sierra hasta el collado en donde decidimos hacer una parada para almorzar y reponer fuerzas después del esfuerzo realizado por la fuerte subida en continua pendiente.
Las vistas desde este lugar son espectaculares junto con la vegetación típica de esta época del año: el brezo en flor, diferentes tipos de setas y las típicas hierbas aromáticas del bosque mediterráneo.
Continuamos el camino ya de descenso por parte del sendero botánico de la Serra del Frare, bordeando el pico del mismo nombre. Durante el descenso pudimos contemplar una bella estampa de Biar, coronada por su castillo así como el valle del Vinalopó y sus parcelas cultivadas, formando un mosaico de colores tierras y ocres. Por último, tomamos el camino de la Salseta de regreso a nuestro punto de partida en Peña Rubia.
La ruta consistió en recorrer alrededor de 10 kilómetros por estos parajes cercanos y bellos a nuestra ciudad, que nos sorprendieron por las vistas que pudimos disfrutar tanto de Biar como de Villena.
En esta mañana de noviembre donde finalmente la lluvia no hizo acto de presencia, los objetivos de nuestra asociación AVIANA, que son la práctica del senderismo y el conocimiento de la naturaleza entre otras cosas, se han cumplido.
