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Aviana en Puente Torres-Jorquera

Admiramos la presencia y la magia de la naturaleza en forma de paredes perforadas a lo largo de millones de años por el río Júcar

El domingo 17 de marzo, con un tiempo totalmente primaveral, en algunos momentos demasiado caluroso, 45 componentes de AVIANA realizamos la ruta programada. En esta ocasión se desarrolló en tierras de la provincia de Albacete, por lo que la salida fue de día completo, ya que el recorrido discurría a lo largo de 22 km, aunque con escasa dificultad y apenas desnivel.

Iniciamos nuestra marcha en Puente Torres, pedanía de Valdeganga, actualmente con viviendas habilitadas como segunda residencia o dedicadas al turismo rural. El puente que une las dos márgenes se cree que es de origen romano, ya que por aquí pasaba una calzada romana de la que todavía encontramos retos en nuestro paseo.

Siguiendo el margen del río Júcar a nuestra izquierda y a la derecha las impresionantes paredes de arenisca que conforman los cañones de este río, hacemos la correspondiente parada para almorzar en la zona de Alcozarejos, perteneciente al municipio de Jorquera, con un pintoresco paisaje donde se halla uno de los cotos de pesca intensiva más importantes de Castilla La Mancha.

A partir de esta zona el cañón se estrecha en algunos puntos y cambia la vegetación, en la que hasta ahora predominaban pinos y coscojas, se torna más variada con distintas especies de hoja caduca que, en este momento del año nos ofrece la alfombra de hojas que dejó en otoño y podemos atisbar las yemas en las ramas y tímidas flores que nos anuncian la inminente primavera.

En este ambiente casi selvático, realizamos otro descanso para la comida, cerca de Cubas, un lugar muy interesante para visitar con casas horadadas en la roca, incluso alojamientos turísticos de características singulares. Tras la pausa, iniciamos en último tramo hasta llegar a Jorquera, uno de los conjuntos fortificados más importantes del siglo XII (aquí habitaron los almohades), punto final de nuestra ruta donde nos espera el autobús de regreso a Villena.

En resumen, una ruta muy recomendable. A pesar de los 22 km. de longitud se puede realizar sin dificultad por ser casi plana y admirando la presencia y la magia de la naturaleza que se nos impone en esas paredes perforadas a lo largo de millones de años por el río Júcar. Y, como siempre, viviendo grandes momentos de amistad con las personas que componemos esta asociación.

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