Apaga y vámonos

Baño de democracia

El pasado lunes, 30 de mayo, con réplica este mismo jueves, 2 de junio (por lo que a la hora de escribir estas líneas conozco lo que pasó el primer día e ignoro lo sucedido el segundo), tuvo lugar uno de los actos políticos más vergonzosos a los que servidor ha tenido la desgracia de asistir en Villena: una concentración de personas descontentas con el resultado de las urnas y clamando contra una posible –y legal, y legítima– coalición de Verdes, PSOE y VCD para gobernar nuestra ciudad.
Por supuesto, servidor respeta como el que más los derechos constitucionales a la libertad de expresión y manifestación, entre otros derechos fundamentales, y puede llegar a comprender el sentimiento que impulsa a los promotores y seguidores de la plataforma “Villena por Villena” (me temo que, si la historia se repite, va a ser la primera de tantas), ya sean la estupefacción por un resultado electoral inesperado o la indignación al comprobar que los mecanismos y resortes de nuestra democracia tienen más fallos que un zapato chino. Pero el respeto por un derecho o la empatía ante una decepción no pueden hacernos olvidar que las reglas son las que son, todos las conocíamos antes de empezar la partida y no se puede consentir que nadie pretenda cambiarlas a mitad de juego por muchos votos que rebosen en su urna o muchos folios impresos con consignas que se repartan en la puerta de Coro. Por eso me alegré tanto al ver el chaparrón que les cayó encima el pasado lunes, un auténtico baño de democracia para aquellos que ni quieren ni saben aceptar el resultado arrojado por las urnas.

Celia Lledó y su equipo sabían perfectamente a lo que se enfrentaban el 22M –tanto el viernes previo como el propio domingo electoral Lledó afirmó públicamente que las alternativas eran o mayoría absoluta para el PP o tripartito al canto–, y por lo tanto no puedo compartir ahora su apoyo y comprensión hacia quienes, pancarta en mano y consigna en boca, pretenden sumar en la calle lo que no han sido capaces de sumar en las urnas, como tampoco puedo respaldar los escritos que andamos leyendo estos días en esa misma línea –¡el ínclito Fernando Velasco ha vuelto!– ni tantos y tantos foros escritos por quienes se piensan que la democracia solo funciona en una dirección: la que conviene a sus intereses y/o gustos.

Servidor está convencido de que Verdes, PSOE y VCD alcanzarán un acuerdo para gobernar Villena, aunque también pienso que, descontando el odio y el rencor hacia Celia Lledó y el PP, en realidad son más las cosas que los separan que las que los unen (tal vez Verdes y PSOE tengan mucho en común, pero VCD no pega ahí ni con cola…), y malos cimientos son esos para construir sobre ellos una estructura que debe durar, al menos, cuatro años. El tiempo nos dirá si son capaces de aguantar juntos tanto tiempo.

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