Bendito Fútbol
He de reconocer que con el fútbol alucino, máxime cuando, como en estos últimos días, muestra su cara más amable. Y de igual modo reconozco que sus seguidores generan en mí cierta envidia, sana, pero envidia, al ser capaces de permanecer durante 90 minutos totalmente entregados y abstraídos por las idas y venidas de 22 hombres tras de una pelota. Sí, ya sé, no lo olvido, y tras de unos colores que en muchas ocasiones marcan las diferencias entre ellos con verdadero fervor religioso, con exaltaciones dignas de otro tipo de seres vivos y comportamientos irracionales difíciles de comprende para mí.
Como ya deben saber, que bien se han encargados los medios de ello, el Sevilla F.C. ha ganado la UEFA y el F.C Barcelona la Champions League. Y ya nada ha importado en España en esos días ni en los posteriores. Si en estas fechas han hecho uso de periódicos, radio o televisión, habrán podido comprobar cómo miles de personas han convertido en una fiesta calles y plazas, saltando, bailando y gritando hasta la extenuación, han hecho sonar cláxones enarbolado banderas y han destrozado ciudades en toda una orgía de efusión y gamberrismo.
Pero paradójicamente, y en contraste con esta fiesta del balón, la consecución del primer título coincidió con la intervención por parte del estado de Forum Filatélico y Afinsa, dos empresas de inversiones filatélicas y arte que, o mucho me equivoco, o van a ser el mayor timo acaecido en la Piel de toro hasta el momento. Se estima en más de 3.500 millones de euros el agujero financiero de los sellos y en más de 350.000 los timados. Que ha dado al traste con los ahorros de muchos trabajadores, los cuales en estos momentos todavía están intentando digerir un golpe así, que vieron en la filatelia una contribución a sus (en muchos de los casos) birriosas pensiones de jubilación, con las inversiones de aquellos que confiaron en una imagen brillante y muy bien vendida por su muchos agentes, sus buenas posiciones en las listas de empresas españolas y en su tentador 6% de interés, y con ese dinerillo no muy blanco que de nuevo ha sido negro para algunos. Pero todo esto no ha supuesto, ni mucho menos, demostración de emociones en forma de protesta como las que ha generado el deporte rey. Todavía estoy por ver manifestaciones de afectados reclamando penas de cárcel acordes con la magnitud del delito que hagan permanecer en prisión por un largo periodo de tiempo a este hatajo de sinvergüenzas y contra la libertad bajo fianza, que por la módica cantidad de 100.000 euros (unos cuantos ahorros ajenos) va a disfrutar el director de Forum. Bendito fútbol que es capaz de generar estados de amnesia transitorios.
Y la segunda, la del Barcelona, llegó a España junto con más de 3.000 seres humanos en busca de esperanza de vida que han llegado a las Islas Canarias. La única diferencia: la primera llegó en un avión, en clase VIP, rodeada de glamour y de hombres que ingresan por su trabajo cantidades escandalosas de euros, y los segundos, los africanos, en el nuevo medio de transporte marino para los esclavos del siglo XXI, llamado cayuco. El ánfora de plata ya descansa cómodamente en las vitrinas del (tristemente) museo más visitado de España y los segundos, las personas, esperan hacinados ser devueltos a sus países. Bendito fútbol. Envuélveme en tu absurdo. Alivia mi pesar con tu ungüento sedante para los sentidos.
Y prepárense, este año hay mundial y, por supuesto, ¡España tiene posibilidades! (de volver en la primera vuelta, of course). Junio será inhábil. Nada importará. Volveremos a ser un país atontado tras de un esférico.