Bienvenido el tercer instituto, pero…
Al César lo que es del César, como reza un viejo dicho. Pues el motivo de este artículo no es otro que mostrar mi desacuerdo, una vez más, con las autorías inoportunas o el aprovechamiento del trabajo ajeno.
El tercer Instituto es una vieja demanda de la ciudad y más concretamente se circunscribe en el ámbito de la Comunidad Escolar de Villena. Los partidos políticos, la Agrupación Local de Apas y algunos directores de colegios públicos lo demandaban, aunque dicho sea de paso, estos últimos no lo consideraban del todo necesario. En la última legislatura gobernada por Vicente Rodes su equipo de gobierno propuso varios terrenos para el futuro centro. Uno se ubicaba en el Prado de la Villa, lindante con el actual Centro de Salud, que Zaplana dijo que sería Hospital, y próximo al Geriátrico. La presión social desestimó el lugar por la cercanía de las vías del ferrocarril y el riesgo que significaba para el acceso de los alumnos. Otra alternativa se consideró en unos terrenos municipales cerca del cementerio. También se rechazó por no considerarse un lugar propicio la proximidad del campus sagrado.
Finalmente hubo acuerdo en que el solar más recomendado sería en el Paraje del Grec, pero estaba incluido en un proyecto urbanístico con dos socios enzarzados en pleitos judiciales y jurídicos: General de Galerías, que defendía su centro comercial, y Jardines del Grec, participada por Proisa, que defendían su negocio urbanístico.
De modo que en años de gobierno del Partido Popular, presidido por Vicente Rodes y como concejal de urbanismo Pablo Castelo, no había manera de desligarse del contencioso entre los otros agentes urbanísticos y no había forma de desbloquear el asunto para que, de una vez por todas, se cedieran los terrenos del Instituto a la Consellería. Más aún, el Partido Popular cometió un error de bulto, de juzgado de guardia, cuando en plena campaña electoral de las elecciones de mayo de 2003, y en vísperas de éstas, anunció a bombo y platillo en un dossier de propaganda electoral que los terrenos ya estaban cedidos a la Generalitat. Grave error, pues anunciar como un logro lo inexistente es tomar el pelo a los ciudadanos y de un riesgo suicida, políticamente hablando.
Cuando, quien esto escribe, tomó posesión de la concejalía de Educación y Turismo, la primera reivindicación que tenía encima de la mesa era el Tercer Instituto, y así se lo trasladé al entonces Director General de Enseñanzas como al mismo Esteban González Pons, entonces Conseller de Educación. Y continué las gestiones que mis antecesores en la Concejalía habían iniciado. Pero también me advirtieron que el problema no radicaba en la propuesta educativa sino en desbloquear el quiste urbanístico originado por el contencioso entre los otros promotores urbanísticos, ya antes mencionados.
Fueron Pepe Ayelo, concejal de Urbanismo, Vicenta Tortosa, la alcaldesa, y Rosario Belda, la concejala que me sustituyó tras mi dimisión, quienes desbloquearon la larga pesadilla urbanística y cedieron, por fin, los terrenos a la Consellería a principios de 2005. Poco después se iniciaron las obras y se ha inaugurado en noviembre de 2008.
Mis felicitaciones a Vicente Rodes Amorós por su arduo trabajo en conseguirlo, mis elogios a Pepe Ayelo, a Vicenta Tortosa y a Rosario Belda porque lograron con su trabajo recuperar un milagro desvanecido, mi sincera enhorabuena a Celia Lledó por haber concluido un laborioso esfuerzo tras una larguísima espera y gracias a la Consellería de Educación por salvaguardar el compromiso con tanta paciencia.
Y esta misma historia y con tantos similares años de recorrido e impaciencia se puede aplicar al Plan de Dinamización Turística, que tantas posibilidades puede ofrecer a nuestra ciudad. Pero me es obligado recordar a Rosario Belda y a María José Tarruella, durante años secretaria del grupo municipal de IU en nuestro ayuntamiento, como dos eslabones importantes para que el Plan obtuviera luz verde, por más que los frutos los recoge el actual gobierno. ¿Qué más da? Los frutos, en realidad, son para el pueblo y nuestra ciudad.
Y quede claro que todo lo expuesto no son ni palabrería ni invenciones. Se puede consultar en las hemerotecas de la prensa digna y competente de nuestra ciudad y por supuesto en los archivos municipales.
Y finalizo, como siempre lo he hecho, apelando a la cordura y a la honestidad. Porque detrás del éxito de una inauguración, sea cualquiera que sea, hay muchas horas de trabajo detrás, y las horas de muchos días y de meses. Y el esfuerzo de muchos años antes de mucha gente, hoy anónima, que gestaron y dieron forma a una idea.
Porque si olvidamos nuestra historia, si perdemos la memoria, qué fácil es caer en la tentación de la demagogia. Y si se recuerda con objetividad, Al César lo que es del César.
Juan José Torres
Concejal de Educación y Turismo (Mayo 2003- Julio 2004)