Abandonad toda esperanza

Biocómic

Abandonad toda esperanza, salmo 391º
El curso sobre cómic de la UA del que les he hablado ya en un par de ocasiones terminó, pero he seguido leyendo obras relacionadas con las diversas temáticas que allí se trataron. Y si hace quince días les comentaba algunas adaptaciones literarias, hoy les recomendaré tres ejemplos de eso que yo llamo biocómic, y que obviamente no son historietas beneficiosas para el tránsito intestinal sino tebeos de género biográfico; un género que experimenta un gran auge dentro del noveno arte, como demuestran estas tres obras que se citan aquí en estricto orden de aparición de sus protagonistas.

12 de julio de 1817. Concord, Massachussets. Nace Henry David Thoreau, el considerado como padre de la desobediencia civil, esa a la que nuestros gobiernos nos van a impulsar a todos como sigan por el mismo camino. Pero como demuestran en su biografía subtitulada La vida sublime Maximilien Le Roy y A. Dan, Thoreau fue mucho más que eso: también fue uno de los fundadores de la literatura norteamericana tal y como la conocemos hoy, además de un poeta a considerar y un naturalista que vivió dos años en el bosque y cuyas vivencias allí plasmó en su ya mítico Walden. El protagonista del relato acabó oponiéndose a su gobierno por no querer pagar impuestos, dado que buena parte se destinaba a un objetivo que no apoyaba: la guerra contra México. A esto se unía su oposición frontal a la esclavitud, que no se aboliría en Estados Unidos hasta 1865... tres años después del fallecimiento de este idealista que inspiró a líderes del pacifismo como Gandhi o Martin Luther King. Una novela gráfica, pues, necesaria para recordar el legado, más de actualidad que nunca, de una mente insobornable.

Y hablando de la mente... 6 de mayo de 1856. Llega al mundo en Príbor, Moravia, Sigmund Freud. Figura capital de la ciencia y el pensamiento de finales del siglo XIX y principios del XX, es como todo el mundo sabe el padre del psicoanálisis, una de las teorías psicológicas más influyentes incluso en ámbitos ajenos a las ciencias, muy especialmente las artes visuales y narrativas. Para elaborar esta biografía dibujada, la también psicoanalista Corinne Maier ha contado con la colaboración de la dibujante Anne Simon; ambas ofrecen un recorrido por la vida y milagros del protagonista, jalonado por la presencia de invitados de excepción -de su colega y luego rival Carl Gustav Jung a Salvador Dalí, pasando por la emperatriz Sissí-, y donde destaca tanto el acabado formal de la obra, con páginas deslumbrantes, como el aplastante sentido del humor con el que se encara la propuesta. Toda una sorpresa, francamente recomendable.

11 de diciembre de 1890... o 1887. Toulouse, Francia... o Tacuarembó, Uruguay. En un momento u otro, en un lugar u otro -porque el asunto todavía no está claro-, se produce el alumbramiento de Carlos Gardel. Luego nacionalizado argentino, suya fue la voz que popularizó el tango en todo el mundo. También argentinos, y responsables a su vez de una de las más grandes creaciones del cómic policíaco -las historias del investigador privado Alack Sinner-, son el guionista Carlos Sampayo y el ilustrador José Muñoz, encargados aquí de explorar las luces y las sombras, las verdades y las leyendas populares que acabaron por dar forma al mito en que se acabó convirtiendo la figura de Gardel; una visión en ocasiones cercana a aquella que ofreció el cineasta Jaime Chávarri en la reivindicable Sus ojos se cerraron. Destacar un aspecto de una obra firmada por Muñoz y Sampayo es imposible: todo en ella es perfecto de principio a fin.

Thoreau. La vida sublime, Freud y Carlos Gardel están editados por Impedimenta, Norma y Libros del Zorro Rojo respectivamente.

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