Cultura

Bodegas Juan Gil, una de las joyas de Jumilla, en Villena gracias a La Espuela

Cumpliendo con el amplio programa de eventos programados para celebrar su quinto aniversario, Restaurante La Espuela celebró el jueves una cata-maridada con los vinos de la jumillana Bodegas Juan Gil, empresa familiar creada en 1916 y que en la actualidad, capitaneada por la cuarta generación, cuenta con 7 bodegas repartidas por diferentes regiones vinícolas españolas.
Según explicó Antonio Caravaca, enólogo de la firma, esa diversidad de bodegas permite a la empresa buscar siempre la máxima calidad en sus vinos, sea cual sea su segmento, pues la empresa cuenta con marcas que van desde los 5 euros hasta los más de 100 de El Nido. Elaborando sus caldos de manera muy tradicional, “casi como hace 50 años”, Juan Gil no se caracteriza por la grandiosidad de sus edificios e instalaciones, sino que “la inversión está dentro, en el proceso de elaboración de los vinos”.

Tras la presentación, fuimos descubriendo algunos de los caldos más especiales de este grupo de bodegas, acompañados como siempre por los fantásticos platos preparados por el equipo de La Espuela, que como es habitual volvió a colgar el cartel de “Completo”. Arrancamos con dos blancos: el Juan Gil Moscatel de 2011, primer blanco al que la Bodega ha dado su nombre. Aromático y creciendo notablemente con el aumento de la temperatura, es ideal para acompañar pescados o mariscos, o unas almejas preparadas en el propio vino, tal y como las sirvió La Espuela. El segundo blanco fue el Shaya 2010, un Rueda elaborado al 100% con la variedad Verdejo pero que resultaba sorprendente, pues no parecía ni Rueda ni Verdejo, sino que se trata de un vino muy afrutado y seco ideal para disfrutar de un espectacular bacalao con salsa de pimientos del piquillo y muselina de ajo.

A continuación llegaron dos tintos muy particulares, el Honoro Vera 2010, complejo y diferente –también concentrado y elegante– para quienes no estamos acostumbrados a la uva garnacha (100% en este vino), y el Blau 2010, de Montsant (Tarragona), totalmente mineral y lleno de matices por su mezcla de variedades (Mazuela, Garnacha y Syrah). Pudimos disfrutarlos acompañando a la perfección al chorizo criollo de La Espuela (con un corte diferente, eso sí) y un variado de setas de temporada al estilo de la casa. Para finalizar, pudimos degustar la “joya de la corona”, el Juan Gil 2010, un 100% Monastrell elaborado con viñedos de 40 años que se ha convertido en el buque insignia de la bodega por su intensidad y potencia, amplificadas con un espectacular codillo de cordero servido junto a un mus de patatas con boletus.

La guinda, como siempre, llegó con los postres, que esta vez tuvieron forma de nata con tocino de almendra y crema, gentileza de Eduardo Marco Coloma, de Pastelería Francesa, así como con los ya tradicionales gin-tonics, con los que nos despedimos iniciando la cuenta atrás para uno de los eventos más esperados: la cata de grandes quesos del mundo comentados y maridados, que tendrá lugar el mes que viene. ¿Aún no han reservado plaza?

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba