Cambios en Fiestas (II)
Ni que decir tiene que estoy a favor del cambio. No sólo desdoblando la Cabalgata, sino yendo más lejos...
Ya es oficial. La Junta Central de Fiestas aborda en fase de estudio algunos cambios en el programa. El más significativo, desdoblar la Cabalgata en las noches del 6 y el 7 de septiembre, trasladando la Retreta al día 3, y trocando los horarios del Desfile de la Esperanza y la primera Embajada, haciendo matinal a esta última y vespertino el acto infantil.
Las opiniones caen en cascada. Mientras unos argumentan a favor y bendicen la adecuación de los horarios a los nuevos tiempos, otros se empeñan en mantener las tradiciones, y los hay hasta trágicos que no se andan con remilgos: con un “se van a cargar las fiestas” niegan cualquier posibilidad que no sea la de perpetuar el programa por los siglos de los siglos.
Ni que decir tiene que estoy a favor del cambio. No sólo desdoblando la Cabalgata, sino yendo más lejos y adelantando a nuestro anhelado día 4 tanto el Pregón como la Fiesta del Pasodoble. En una jornada que es víspera, que es toda ella es invocación. Me parece muy sensata la propuesta de que el día 6 se celebre la Cabalgata Cristiana y el día 7 la Cabalgata Mora. Pero me parece un tanto ingenuo plantear que su inicio sea a las 22.00 horas y que a su término se celebren la Alborada y el Castillo de Fuegos Artificiales.
Seamos realistas (y no sólo los Moros Realistas, sino las otras seis comparsas del Bando Moro). Imaginemos una señora Cabalgata Mora el 7 de septiembre. Que comenzaría, no lo olvidemos, con los Piratas. Caso de arrancar de la calle San Isidro a las 22.00 horas, es evidente que las marchas moras de los Bereberes no llegarían a la Corredera hasta la medianoche. Sería imposible lograr que el acto durara menos de cinco horas.
Plantea Paco Rosique Pardo, con buen tino, que la Cabalgata podría comenzar a las 7 de la tarde para continuar celebrándola de un tirón. Arranque a la hora que arranque, será inevitable que las comparsas que la inicien quieran lucirse como la ocasión lo merece. Teniendo en cuenta que en Villena la rotación es una quimera (podrá haber dos Cabalgatas, pero dudo mucho que cada año las inicie una comparsa diferente) es fácil imaginar que, en cualquiera de los casos el desfile se prolongará hasta la madrugada. Por tanto, aunque se parta en dos, nunca debería iniciarse después de las nueve de la noche.
Mientras en Villena hablamos de fiestas, un tema que nos apasiona, en Alcoy estrenan el mes de abril celebrando que el Consell ha aprobado que las suyas sean Bien de Interés Cultural Inmaterial. Su programa de fiestas completo, no un determinado acto suelto.
Las redes sociales no han tardado en reaccionar: el peso político de Alcoy ha sido determinante, contaba con razón Paco Navarro Maestre. Pero no es menos cierto que las fiestas de moros y cristianos de Villena, en su conjunto, merecen igual reconocimiento. No es envidia hacia Alcoy. Es orgullo hacia un patrimonio inmaterial que tal vez no hemos sabido vender institucionalmente.
Es nuestro deber perseguir este objetivo, junto a la declaración de Fiestas de Interés Turístico Internacional. Motivos hay más que sobrados para que ello sea posible.