Cánticos homófobos en los Carnavales de Villena
El sábado 14 y el domingo 15 de febrero se celebró el Carnaval en Villena. El domingo por la mañana tuvo lugar el carnaval infantil y en la noche del sábado el carnaval adulto. Y entrecomillamos adulto porque lo ocurrido en el mismo, tiene poca explicación.
Según hemos podido leer en este periódico, de mano de Aureliano Buendía, creemos que un AMPA sin identificar cantó alegremente la canción Maricón el que no bote. Nuestra primera intención era averiguar de qué AMPA, si fue una de ellas, se trataba, para poder reunirnos con ellos y hablar sobre los hechos acaecidos. Al no disponer de esa información, instamos a las personas que hayan participado se pongan en contacto con nosotros. Pueden usar nuestro correo villenalila@gmail.com.
¿Acaso no se dieron cuenta de la poca o ninguna idoneidad de dicho estribillo cuando va acompañado de menores? Legitimar la discriminación y el acoso por la sexualidad de una persona, no debería ser motivo de mofa ni jolgorio, sino un tema serio que preocupara a toda la ciudadanía de Villena.
Ninguna persona presente en el momento del cántico pensó en expresar su descontento con la canción, ni en el daño que produce al colectivo Queer, que representa a toda la diversidad sexual. Por suerte, un vecino grababa la escena con su teléfono móvil, dejando constancia del hecho y permitiendo a nuestra Asamblea posicionarnos al respecto.
La asamblea Queer del Príncipe Lila en Villena piensa que estas inocentes canciones ayudan a normalizar y legitimar la discriminación, especialmente entre chavales, y que este tipo de situaciones influyen más que las campañas de concienciación que llevamos a cabo para apoyar al colectivo y disminuir el acoso que sufre. Es fundamental que familias y educadores se planteen lo que significa realmente esa forma de hablar y el trasfondo del estribillo que corearon adultos y menores al unísono.
No nos sentimos orgullosos de que esta canción se haya cantado por la avenida principal de Villena, ya que da una imagen equivocada de la gran mayoría de nuestros vecinos. Y aún menos de que llamaran troglodita al autor del artículo que denunciaba estos hechos, instándole a que se volviera a su caverna. ¿Dónde ha quedado el civismo?