Carta a los Reyes Magos del Partido Impopular (reflexión irónica de Los Verdes)
Queridos Reyes Magos: Este año he intentado ser bueno, pero por más que me lo propongo no lo consigo. No trabajo lo suficiente, no escucho, juzgo siempre como malo lo que los demás hacen, solo por el hecho de que otros hacen lo que no supe hacer yo. Dándome igual si el resultado es bueno o malo; en fin, que no sé qué me pasa, pero algo tendré que hacer.
Yo creo que lo que me pasa es que me miro y no me gusto, me gustaría ser otro. Me gustaría escuchar de verdad a la ciudadanía. Me gustaría asumir que en ocasiones me equivoco, sin que el mundo se hunda. Me gustaría atreverme con propuestas para mi ciudad transformadoras, que, aunque difíciles al principio, estoy seguro que con el tiempo serían compartidas por todos y todas. Me gustaría arriesgar sin pensar en mi sillón, apostando siempre por lo que creo mejor, al margen de lo que más me interese.
En muchas ocasiones, como no tengo argumentos tiro de televisión, de esa que mezcla Venezuela con ETA, como si todo fuese un potaje de garbanzos, y meto en ese potaje a todo aquel que no piensa como yo. Me gustaría tener argumentos de peso, con datos contrastados y con propuestas alternativas, pero como no las tengo, me limito a atacar de oído para así poder confundir al máximo número de personas posible. Y ataco, a veces con las propias contradicciones que en mi partido he vivido, haciendo bueno lo de que se cree el ladrón que todos son de su condición (tratos de favor, corrupción, falta de transparencia, rodillo...). Es lo único que he aprendido en muchos años de mi partido.
Creo que todo esto no está bien, pero siempre he procurado beneficiar a unos pocos y manchar a los que trabajan por el bien de toda la ciudad, la verdad es que no sé cómo hacerlo mejor y me gustaría que me ayudaseis. Como otros son buenos, les acuso de buenismo, como miran por la mayoría, les acuso de populismo. Yo lo que quiero es ser POPULAR, como lo fui en el pasado, sin embargo, sé que no estoy dando en la tecla adecuada, a la gente no la engaño como antes y mis viejas formas caen en saco roto.
Ojalá os llegue mi carta, la escuchéis con atención y hagáis que encuentre el camino para colaborar con mi ciudad.
Atentamente, PIP.